Las exitosas Lunas de Octubre
El Encuentro de Escritores de La Paz se perfila como uno de los sucesos literarios más importantes del Noroeste. “Por su calidad y calidez”, aspira al de Hermosillo, dijo Elsa de la Paz, directora del Instituto Sudcaliforniano de Cultura. “Ya nadie lo para”, resaltó el orquestador del evento, Edmundo Lizardi.
Por Enrique Mendoza Hernández
El Encuentro de Escritores de La Paz se perfila como uno de los sucesos literarios más importantes del Noroeste. “Por su calidad y calidez”, aspira al de Hermosillo, dijo Elsa de la Paz, directora del Instituto Sudcaliforniano de Cultura. “Ya nadie lo para”, resaltó el orquestador del evento, Edmundo Lizardi.
Por Enrique Mendoza Hernández
La Paz, BCS.- En un ambiente informal y desenfadado tuvieron lugar presentaciones de libros, lecturas de poetas y narradores durante las Lunas de Octubre Californiada 2007, efectuadas del 18 al 20 de octubre, tanto en La Paz como en Cabo San Lucas. El evento literario auspiciado por el liderazgo del escritor Edmundo Lizardi, definitivamente le sigue los pasos muy de cerca al Encuentro Hipanoamericano de Escritores organizado por Raúl Acevedo Savín en Hermosillo, Sonora.
Savín anuncia su próxima novela
El responsable del formato dinámico y flexible de Horas de Junio, el cual es bien emulado por Lunas de Octubre, anunció su próxima novela, titulada “Isla de Cedros sin Adriana”, misma que será publicada a principios de 2008 y editada por alguna universidad del norte aún por decidir. Raúl Acevedo Savín deleitó a los presentes con un extracto de su obra; las risas gozosas abundaban.
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De la cárcel
En una de las mesas, Carlos Sánchez leyó un texto de una reclusa de Hermosillo, Sonora. Se trata de Silvia Arvizu, una sentenciada a 20 años de prisión:“Si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red / tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca y tu lunes de hastío / o tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento / y te deja abrazada una duda en mi cama de la calle desnuda”. ("A la orilla de la chimenea" Joaquín Sabina)
Arvizu no deja de escribir ni leer, y confiesa desde la cárcel hermosillense: “Escribir desde la prisión no ha significado una diferencia de cuando lo hacía fuera, recuerdo de alguien que decía que escribir era como respirar, nunca me han gustado los fanatismos, ni los excesos, siento que escribir es como caminar, lo hago cuando tengo ganas o cuando lo necesito. Cuando escribo, no lo hago pensando que siempre habrá alguien que lea, a veces lo hago sólo para mí, a veces para nadie, no siempre espero una reacción... al igual que cuando camino, a veces lo hago sólo por hacerlo, sin pensar en llegar algún lado”.