martes, 10 de febrero de 2009

Marco Antonio Gonzales, de Nuevo León, comparte:

NOCHE OSCURA

Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección,que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual.

En una noche oscura
con ansias en amores inflamada,
¡oh, dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡oh, dichosa ventura!,
a oscuras y encelada,
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

Aquesta me guïaba
más cierto que la luz de mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡Oh, noche que guiaste!,
¡Oh, noche amable más que la alborada!
¡Oh, noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

El aire del almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.

Quédeme y olvídeme.
El rostro recliné sobre el Amado.
Cesó todo y déjeme
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

SAN JUAN DE LA CRUZ







Juan de Yepes Álvarez. Nació en Fontiveros, Avila, España, el 24 de junio de 1542, y falleció en Úbeda, el 14 de diciembre de 1591. Conocido como estudiante con el nombre de fray Juan de Santo Matía y más tarde como San Juan de la Cruz, fue un poeta místico y religioso español. Desde 1952 es el Patrono de los poetas en lengua española.

Hoy se recuerda el abrazo de Acatempan

Triunfo de la Independencia
Tras más de diez años de lucha, había ruina y miseria en vastas zonas del país. Tanto los realistas como los insurgentes habían cometido atropellos y el gobierno del virreinato no podía dominar la situación. Los habitantes de la Nueva España ya no lo apoyaban, lo que más querían era que se restableciera la paz.
Los españoles y los criollos ricos no deseaban obedecer la Constitución de Cádiz, que estaba de nuevo en vigor, porque les quitaba privilegios, así que apoyaron la independencia. También ellos querían la paz, convencieron al virrey de que encargase al coronel criollo Agustín de Iturbide que acabara con Vicente Guerrero para imponer el orden y terminar con la insurrección.
Guerrero conocía bien las montañas surianas y no fue posible derrotarlo. Valiéndose del padre de Guerrero, el virrey le ofreció perdonarlo si dejaba la lucha. A lo que ell caudillo respondió: "La patria es primero".
Guerrero estaba conciente de que eran muy escasas sus posibilidades de triunfo. Iturbide sabía lo difícil que sería derrotar a Guerrero, quien era el continuador de la lucha de Hidalgo y Morelos; Iturbide representaba el deseo de paz de la mayoría de la población y los intereses de los criollos ricos y de los españoles que vivían en América, quienes ya no querían depender de España.
Con el apoyo de los españoles y los criollos ricos, Iturbide le escribió a Guerrero pidiéndole que se reunieran para llegar a un acuerdo, se vieron en Acatempan, donde Guerrero aceptó apoyar a Iturbide, sellando su alianza con un abrazo, al cual la historia conoce como "El abrazo de Acatempan".
En febrero de 1821, respaldo por Guerrero, Iturbide firmó el Plan de Iguala o de las Tres Garantías; invitaba a los habitantes del virreinato a unirse para lograr la independencia, las tres garantías eran: una religión única (la católica), la unión de todos los grupos sociales y la independencia. México sería una monarquía constitucional y cada garantía se convirtió en un color para la bandera de la nueva nación.
En agosto, llegó a la Nueva España Juan O'Donojú, el último español (virrey) enviado a gobernarla. O´Donojú comprendió que casi todo el país apoyaba a Iturbide, así que firmó con él los Tratados de Córdoba, documento que reconocia la independencia, al fin la rebelión de 1810 había concluido.
La nueva nación tenía ahora que organizar su gobierno y reparar los destrozos de once años de lucha. Faltaban caminos y había grandes territorios deshabitados.


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En el sitio EFEMERIDES MEXICANAS189.html se hace la siguiente consideración:


1821. Abrazo de Acatempan. Don Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, después de intercambiar cartas, se entrevistan en Acateman (del hoy Estado de Guerrero), para afinar el arreglo del cese de la Guerra de Independencia y en consecuencia, la consumación de la libertad de la Nación Mexicana. Al acordarlo, se dan un fuerte abrazo en la población de Acatempan, el que se conocerá como "Abrazo de Acatempan" y por el cual se rubrica el Plan de Iguala o de las Tres Garantías.
En el pueblo de Acatempan, la tradición que ha pasado de padres a hijos en forma oral, señala que este abrazo se dio el 10 de enero de 1821, lo que no es creíble por ser la fecha en que Iturbide apenas escribe su primera carta a don Vicente Guerrero 'lo que sí es históricamente probado'. Por otro lado, se especula que dicho abrazo fue dado el 5 de febrero en Atempa, cerca de Tepecoacuilco, Guerrero, así como en Acatempan el 15 de febrero, el 10 y el 14 de marzo de año en referencia. Estas dos últimas también son improbables porque ya se había proclamado el Plan de Iguala.

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