miércoles, 3 de noviembre de 2010

Elzancudo.net presenta: De (s) obligada lectura


Nadar
Sylvia Teresa Manríquez

No sabe nadar pero disfruta el agua de la alberca. Siempre se baña pegadita a la orilla, para no resbalar, para no caer hasta el fondo.

Reflexiona sobre esto al mirar las gotas de agua que caen en los charcos de la calle. No se hunden, se adhieren sin derramarse.

No pasa el ruletero. Llegará tarde por su hija. Apenas dos años y sus travesuras incesantes. Una joya que le cambió la vida.

Hace mucho que no va a la piscina con sus amigos. Ya ni la invitan. Al quedar embarazada se alejaron de ella.

Esta tarde la humedad se toca. Piensa en el calor que también agobia a su retoño. En su casa tiene cooler, pero en la de su vecina no hay, allí la deja mientras sale a trabajar.

Ella es delgada, pálida, taciturna. De estatura regular y facciones finas. Quién sabe por qué tiene los ojos verdes, si ni su padre ni su madre los tienen de color. Su hija sí.

Regresa al recuerdo de esos días de alberca, mientras toca la ropa de trabajo que trae en la bolsa. Al llegar a su casa deberá lavar, teme que la llovizna empape las prendas y estarán mojadas. De ser así, no habría manera de utilizarla en la jornada del día siguiente.

Su ropa de trabajo a veces es más breve que sus trajes de baño. En el table dance no requiere atuendos holgados.

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