EE UU aprueba el primer fármaco para adelgazar surgido en 13 años
Un inhibidor del apetito se adelanta en la carrera de los laboratorios contra la obesidad
Los últimos años se han retirado medicamentos por sus riesgos
Jaime Prats
Valencia
28 JUN 2012
La búsqueda de medicamentos contra el sobrepeso ha sido un camino
sembrado de fracasos a pesar del extraordinario interés que despierta en
la industria farmacéutica. En Europa solo existe un producto para
adelgazar en el mercado (orlistat), y su mayor virtud no es precisamente
la eficacia, sino la inocuidad.
De ahí la atención que ha despertado el anuncio por parte de la
Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés)
de la autorización de una nueva molécula, denominada lorcaserina
(Belviq en su nombre comercial estadounidense).
A ello se suma el que podría ser el tercer fármaco autorizado para
combatir el exceso de grasa (Qnexa) que está previsto que pase el examen
de la FDA en julio. Hacía 13 años que la agencia estadounidense no
aprobaba un nuevo compuesto contra el exceso de peso de consumo
continuado a largo plazo, lo que s
ucedió en 1999 con Xenical, el nombre con el que Roche bautizó al principio activo del medicamento, la molécula orlistat.
“Prácticamente no hay nada para tratar la obesidad, así que cualquier
fármaco con una relación coste beneficio aceptable es bienvenido”,
explica Albert Lecube, del servicio de endocrinología del hospital Vall
d’Hebron. En principio, en esta categoría entraría la lorcaserina. En
los dos principales ensayos clínicos que han evaluado sus efectos se ha
observado una reducción media de peso del 5,8% en un año frente al 2,5%
de las personas a las que se administró placebo.
Además, un 23% de quienes consumieron el fármaco perdieron al menos
un 10% de su peso corporal. En, al menos, uno de los estudios, los
efectos adversos más frecuentes que se detectaron fueron cefalea, mareo y
náuseas. “Todo lo que supere un 5% es positivo, ya que se traduce en
beneficios cardiovasculares, una reducción de la tensión arterial o del
perfil del perímetro de la cintura”, explica, “aunque sea por los pelos,
como en este caso”. Las acciones de Arena subieron en Bolsa un 29% el
miércoles, al conocerse la aprobación, aunque se dejaron un 10% en la
sesión siguiente.
La FDA tumbó la autorización de la lorcaserina en 2010. Ahora, una
vez que el laboratorio que ha desarrollado el fármaco, Arena
Pharmaceuticals of San Diego, ha aportado los nuevos datos requeridos
por la agencia, podrá llegar a las farmacias. Aún no se sabe cuál será
su precio ni cuándo saldrá al mercado. La agencia antidroga
estadounidense (la famosa DEA) quiere que se controle el posible abuso
de la sustancia para lo que ha dado de plazo entre cuatro y seis meses,
según ha anunciado Arena, lo que retrasará la comercialización.
El mecanismo de acción de este compuesto consiste en influir en las
señales cerebrales relacionadas con el control del apetito y de la
saciedad. En concreto, interviene sobre la serotonina, un
neurotransmisor que tiene un papel clave en la inhibición del apetito.
Pero no de forma genérica, sino específicamente sobre el receptor 2C de
la serotonina, el más relacionado con la saciedad.
La especifidad de la diana hacia la que se dirige el fármaco es un
aspecto clave en todas estas sustancias que actúan en el sistema
nervioso central y alteran procesos cerebrales complejos, como destaca
Javier Salvador, presidente de la
Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.
Modificar este tipo de funciones es complejo porque además del hambre,
también modulan la sed, el sueño, la temperatura corporal o la presión
sanguínea, y es fácil provocar efectos indeseados.
De hecho, en los últimos años se han sacado de las farmacias varios
medicamentos por este motivo. La Agencia Europea del Medicamento retiró
en 2008 el fármaco supresor del apetito rimonabant (Acomplia en su
nombre comercial). Su uso se vinculó con un
aumento del riesgo de sufrir trastornos psiquiátricos graves, como ideas suicidas, en algunos pacientes. En 2010 sucedió
lo mismo con la sibutramina
(Reductil) después de 10 años de vida comercial al detectarse en un
ensayo que su consumo elevaba el riesgo cardiovascular, al subir la
frecuencia cardiaca y la presión arterial.
El nuevo medicamento que está pendiente de aprobación por la FDA,
comenta Salvador, es el fruto de la combinación de dos moléculas
(fenteramina y dopiramato) y de la revisión de un fármaco retirado en
los noventa. Una de ellas, el dopiramato, es un antiepiléptico que
reduce la ingesta. Como los anteriores, actúa en el sistema nervioso
central. Nada de ello sucede con el consumo de oristat, el único farmaco
contra la obesidad que se puede comprar en farmacias, que incluso en
dosis reducidas se vende sin receta. Actúa casi exclusivamente en las
paredes del intestino donde bloquea la absorción del 30% de la grasa que
consume el paciente. “Se prescribe mucho porque es el único fármaco que
hay”, explica Salvador. Sin embargo, sus efectos siguen siendo muy
limitados.
Alrededor de 1.300 millones de personas padecen obesidad o sobrepeso en el mundo, según un
informe reciente de la ONU
presentado en marzo en Ginebra. En España, esta auténtica epidemia
ligada a importantes problemas de salud (cardiovasculares, diabetes,
hipertensión) sigue extendiéndose. Dos de cada tres hombres tienen
sobrepeso y una de cada seis personas padece obesidad.
La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico)
vaticinó en un estudio de 2010 que los adultos con sobrepeso crecerán un
10% hasta 2020. De ahí la importancia del desarrollo de nuevas
estrategias terapéuticas, aunque sean pequeños pasos, más allá de las
quirúrgicas, las más eficaces, pero limitadas prácticamente a los casos
de obesidad crónica intratables por otras vías.