Según la firma, la planta ahora se utiliza para producir refrigeradores; qué metáfora tan irónica, teclarían los clásicos
NUEVA DELHI, 26 de abril.- Le dijeron adiós de un teclazo. No podía ser de otra manera.
La última fábrica existente en todo el mundo dedicada a construir máquinas de escribir, anunció que no las producirá más, pues su uso quedó circunscrito a coleccionistas y viejos escritores que no desean adaptarse a los tiempos modernos con la llegada de las computadoras.
La compañía hindú Godrej and Boyce Manufacturing Company, informó mediante comunicado que desde el año 2000 comenzó a tropezar el negocio de vender máquinas de escribir, pues sólo eran compradas por coleccionistas o viejos escritores negados a adaptarse a las computadoras.
Indican que todos los que se dedicaban a la manufactura de máquinas de escribir habían cerrado y sólo quedaban ellos.
"Hasta el 2009, solíamos hacer entre 10,000 y 12,000 máquinas anuales”, dijo el director general de la firma, Milind Dukle a diarios de la India. Desde entonces, Godrej and Boyce, compañia india fundada en 1897, frenó la producción de estos dispositivos y se dedicó a vender las que tenía en almacen.
Según la firma, la planta de las viejas máquinas de escribir ahora se utiliza para producir refrigeradores.
Dukle le dijo al diario Business Standard que en la década de 1990 su empresa llegó a producir 50,000 máquinas por año, pero el boom de las computadoras trajo consigo la caída inevitable de esos instrumentos.
Otros productores de máquinas de escribir que optaron por dejar el negocio son Remington Rand, Olivetti, Smith-Corona, Adler-Royal, y Olympia.
Los últimos ejemplares de Godrej and Boyce tendrán un costo aproximado de 270 dólares (3,145 pesos mexicanos), según informó el diario británico The Telegraph.
La máquina de escribir se creó en 1867 y se comenzó a producir para su venta seis años después.
Fue una herramienta indispensable en casi cualquier oficina y un símbolo de periodistas y escritores que se verán obligados a cambiar a las computadoras, pues aunque conserven sus viejas máquinas de escribir, será más complicado encontrar refacciones en caso de avería.
pdg