SECCIÓN COMIDA RÁPIDA
1. El «pinxito» El amante «pinxito» o el sexo tipo
entremés: son aquellos que te comes con o sin hambre. De bocado rápido y
con el plus de bajar calorías emocionales.
2. El de la BBC. BBC es un acrónimo para bodas,
bautizos y comuniones. Los amantes pescados en celebraciones varias. Un
ecléctico grupo donde se puede encontrar cualquier «cosa». Normalmente,
suelen ir un poco perjudicados ambos comensales, y empachados de los
placeres de la vida se regalan un último banquete sexual para poner su
particular guinda al pastel nupcial de la noche.
3. El correcaminos. Los amantes de las prisas. No
saben cómo terminar rápido. No es que lo quieran hacer deprisa y
corriendo, sino que se deben ir corriendo a la voz de ¡ya! Vamos, que no
tienen tiempo para mucho y miran la hora constantemente a cada minuto
que dura el acto. No se concentran porque llegan tarde. Son unos
correcaminos convencidos, así que al finalizar hacen «Mec, mec» y se
van…, desapareciendo por el horizonte para no volver.
4. El cantarín. Los que te dejan sorda. Una vez y no
más —o se invierte en tapones—. Aquellos que al llegar al orgasmo te
sorprenden con una serenata cantada en todo lo alto que te deja los
tímpanos para regalar. Amantes que no se ven venir, y sin avisar, y en
el momento de máximo placer se vuelven medio locos y son capaces de
desconcentrar a cualquiera. Rompen el momento por histriónicos.
5. El empotrador. Esta clase de amante no se lo
presentaría a mi madre, pero fantaseo con él, con el «hombre del
chándal» que me empotra contra el muro de algún sucio parking.
6. El amante bandido. Aquel de una noche y nunca
más. A este no lo presentaría ni a mis amigas. Tapa, tapa, que ese lo
quiero esconder. Que no me vean con él. Amante de habitación, amante
privado, no público. Es el bandido y pocas veces dejará el corazón
malherido, ya que suelen ser de un solo uso. Una muesca en el colt 45,
¡vaquera!
7. ¿Ya? Lover o «dos minutos lover». Como la sopa de
sobre, están listos en dos minutos. Amantes de pasión precoz. Son de la
liga del polvo visto y no visto. Cuidado con los ávaros que solo van a
lo suyo, es importante o casi requisito sine qua non que también nos
satisfagan después. Cuestión de protocolo o etiqueta, como se prefiera,
pero es lo mínimo, ¿o no?
8. El clásico saco de patatas…… en la cama. Amantes
faltos de imaginación o interés, que se quedan tirados cual saco de
patatas y se dejan hacer. Ellos moverse en la cama, lo justito. Muy
poquito, la verdad sea dicha. Amantes que se dejan amar, pero no «aman»
ellos. Son tipo patata que casi nunca llegan a tortilla, les faltan
«huevos».
9. El aburrebragas. O el pez más rollo del mar, el
amante pan sin sal. Con este me veo bostezando enseguida. Sencillamente,
no es divertido ni dentro ni fuera de la cama. Mejor dormir sola.
10. La bella durmiente. Aquel amante que cae rendido
después del acto. Termina tan relajado que se queda roque allá donde
estemos: si el sexo ha sido en unas escaleras, pues ahí, dormido como un
lirón. Se queda sopa instantáneamente en cualquier parte. Un plomo a la
hora de despertarle. ¿Instantaneamente? Je, je.
11. El microondas. Es el que adora calentar y volver
a recalentar, pero no termina de quemar. Se queda por encima. Es nocivo
para la salud de sus amantes, eternamente frustrados por las ondas de
pasión que no acaban de llegar a su clímax final.
12. El folclórico. Son los conquistadores con el
folclore de los previos, pero alérgicos a la penetración. Pueden llegar a
saturar. Románticos empedernidos que te leen poesía y quizá apasionados
de las grandes folclóricas españolas, de ahí su nombre.
13. El narciso. Además de una flor, son los que se
buscan en todos los reflejos para admirarse. Vanidosos que tienden a su
propio culto. Coquetos, cuyo máximo sueño es poner un espejo en el techo
encima de la cama para verse a sí mismos antes de ir a dormir y
despertarse consigo mismo y una sonrisa a la mañana
siguiente. Egocéntricos del sexo compartido.
14. Mr. Proper. Fríos en sus previos. El sexo parece
un examen. Al desvestirse dobla cada de prenda, te hace esperar en la
cama, enfriándote de manera rápida. Un amante despegado, gélido y
ordenado que no entiende que el sexo ha de tener algo de sucio y caótico
para ser divertido. Mr. Proper ve el sexo propiamente como una fórmula
limpia y matemática.
15. El pijo. No es necesariamente «pijo», pero sí
muy cuidadoso y remilgado con su coche, su moto, su casa… Sus cosas las
mima con tanto cariño que envidias el objeto. No es un buen sentimiento.
Como Mr. Proper, al desvestirse dobla meticulosamente su ropa, eso sí,
cara y de marca. La cuida más que a ti. Sus prioridades sexuales dejan
mucho que desear.
16. El exquisito. Sexo oral, no; sexo anal, qué
asco… Amantes de morro fino que no quieren pringar. Exquisitos de las
labores sexuales. Tienen cara de «aquí huele mal», y no son muy dados a
dejarse llevar por la pasión. Suelen guisar solos: ellos se lo guisan y
ellos se lo comen.
17. El yoyó. No paran de hablar y hablar y hablar…
de sí mismos. Amantes inseguros a los que les gusta más charlar que
mantener relaciones:«Porque yo tal…» y «Porque yo cual...»; les plantas
un beso solo para callarles. ¡Bésame tonto!
SECCIÓN PRODUCTO EN BRUTO
Bruscos y brutos los hay a patadas. Son los que
todavía no han hecho el rodaje del amor y el sexo —o no han aprendido ni
lo van a hacer—, joyas en bruto sin pulir, "sexualmente hablando".
Existen muchas vertientes.
1. El honesto. Los que nunca mienten; los
brutalmente sinceros que te dicen sus verdades como puños. "Pensé que
tenías las tetas igual que mi ex, pero creo que son bastante más
pequeñas",dice
el prenda mientras coge tus dos pechos con sus
manos y parece que los pesa. "Pues yo pensaba que eras mejor en la cama"
o "¿Esto que tienes aquí es celulitis?"… Todo lo que suelta
el elemento por
la boca está fuera de tono, y casi siempre resulta muy desagradable.
Para estos casos clínicos no hay más remedio que contestar siempre con
su propia medicina. Si quiere marcha la va a encontrar. Hay que
responderles sin miedo: "Pues la tuya no es muy grande… ¿no?", y mírale
con ojos inocentes. No falla. Que note en sus carnes lo que duelen las
verdades.
2. El de cuchara sopera. Clásicos guarros de calle
que gritan lindezas del calibre: «Me comería tu regla a cucharadas…
¡guapa!», y sonríen pensando que han dicho un cumplidazo. ¡Qué cerdos!
3. El del polvo tipo deportivo. Parece que compitan
con alguien por su vigorosidad y faltade empatía hacia ti. Sus posturas
favoritas suelen ser la del perrito,a cuatro patitas, y el único ruido
seco que se oirá es el «pa pa pa…» de los cuerpos chocando. Es sexo de
choque. Lo achaco a demasiadas horas viendo porno.
4. El patán. Amantes con buenas intenciones pero
allá donde se agarran,pellizcan, o donde se sujetan, molestan. Unos
«patosos patanes»con dedos untados en mantequilla de lo mal que lo
hacen, todoparece resbalarles a su lado. Gravitan gravemente al lugar
opuestodel calentón. No hay física o química alguna. Son capaces
dedejarte marcados, de regalo, unos hermosos chupones y levesmoratones
allí por donde pasan.
5. Con la «L» de learner. El novato. Amante como
lienzo en blanco. Y si se es unabuena pintora, se le puede enseñar
técnicas, colores y maticesque él desconoce. Hacerle el rodaje a tu
gusto, vaya.
6. El pichabrava. El típico cantamañanas que chulea de sus dotes amatorias ydespués sus aguas son mucho más mansas que bravas, ¿sabes?
7. El hiperactivo. El de las posturitas mil, amante
inquieto que se cree virtuoso de las posturas sexuales. Más que follar
parece que estés haciendo yudo en un tatami. Puede llegar a estresarte
como poco. Te marea y tanto cambio impide centrarte en disfrutar. ¡¡Para
quieto ya!!
8. El «potitos». El virgen que quiere ser
desvirgado. Todavía está con los potitos sexuales, no mastica siquiera,
solo traga. Es virgen y busca no serlo. Se puede aprovechar la
oportunidad de regalarle como acto de caridad la mejor experiencia
sexual de su vida. O pasar del yogurín por soso.
SECCIÓN CASQUERÍA: DESECHOS DE LA NOCHE
Al igual que en la planta superior de un hipermercado está la sección
de Oportunidades, a altas horas de la noche, cuando crees que ya se ha
vendido todo el pescado y que te vas sola a casa, aparece de repente uno
de esos retales que sobreviven a la noche. Le miras y piensas: «Pues no
está tan mal, ¿no?». Él tambiénte mira a ti, ladea la cabeza y avanza
como puede desplegando sus encantos…
1. El pagafantas. El potencial amante que trabaja
las barras de los bares invitandoa diestro y siniestro a copas sin
conseguir una ínfima cifrade citas de las que siembra. Su técnica
pesquera es meter el ceboen el agua desde el principio, pero su
velocidad es demasiadolenta y los peces se comen el delicioso cebo del
anzuelo y siguennadando.
2. El desesperado. Lo mismo se va contigo que con la
de al lado. No tiene criterio.Nada puede ser menos sexy. Pesca sin
target, sin ton ni son,está desesperado y la desesperación se huele a
millas.
3. Cash and Carry. El que se puede rescatar a altas
horas de la noche y en unestado deplorable. Invita a la última copa
porque no se encuentra ni el bolsillo y lo tienes que arrastrar tú hasta
la morada. Esmuy posible que no haya ni un beso. De sexo ni hablamos.
4. El pulpo bailongo. A este te lo encuentras tarde
en la pista de baile. La música puede ser de cualquier clase, le da
igual, va al calor del baile cuerpo a cuerpo, al magreo. Sus manos
parecen tentáculos con ventosas. Cuesta quitarle de encima.
SECCIÓN CONGELADOS: PARA SALIR CORRIENDO
A los pescaditos de esta sección sería mejor directamente congelarlos
para no verlos en un tiempo por lo menos. Son pinochos de la vida, y ya
se sabe que se pilla antes a un mentiroso que a un amante cojo.
1. El amnésico. Mentiroso que promete, promete y no
deja de prometer con tal de «meter» y, una vez metido, olvida todo lo
prometido. Vamos, un clásico que te regala el oído con todas las
promesas habidas y por haber. Vendedor de fantasía por una noche que se
esfuma al alba. Amante que vive del engaño y la fantasía.
2. El pez venenoso. Son como los peces más
bellísimos y letales. Amante guapo a rabiar y peligroso por igual.
Miente tan bien que se lo cree hasta él mismo, y hasta pone la mano en
el fuego por sus «verdades». Inquietante estafador, pez realmente
venenoso que hay que tener en cuenta.
3. Gatillazo-man, amante pichafloja. Habemus un
problema de ingeniería sexual. No debemos darleimportancia si queremos
ver crecer nuestras expectativas. Perodificulta y enturbia la relación
con el sexo y la naturaleza en esemomento, no hay duda. El crecimiento
de los penes tiende a serun mecanismo muy mental. Hay varias razones
posibles, pero miraestas dos por si te suenan: tenemos al complejo
«animadora»,aquel que se ve inferior a ti. No se cree lo suficientemente
buenopara estar contigo. Te ve como una popular animadora americanaen
el instituto y no se atreve a dar el paso. La autoestima afecta alpene.
La flojera sexual es consecuencia de su alta visión que tienesobre ella:
estás en su pedestal y eres intocable. Ese sentimiento leimpide tener
una erección como manda la naturaleza.
4. El amante "una mosca en mi sopa". Aquel que tiene
una moral que le pesa por algún compromiso—novia, claro—. Algo no va
bien. Es como una mosca en tusopa sexual. Esconde algo y miente, su mala
conciencia se reflejaen su miembro real. La mente muchas veces gana la
batalla alcuerpo. Las mentiras hacen que su patita se vuelva muy
corta,porque, ya se sabe, "las mentiras tienen las patas muy cortas".
SECCIÓN DELICATESSEN: PRODUCTOS FINOS Y ELABORADOS
Existen, para incrédulos, auténticos virtuosos del sexo de
una noche, amantes furtivos de técnicas geniales, artistas de su dominio
sexual.
1. El lince ibérico. ¡Ay!, el amante en peligro de extinción en la península ibérica. Literalmente, el que hace el
salto del tigre.
Un tigre en la cama, capaz de hacerte una auténtica performance de
sobresaliente. Un amante audaz que sabe escuchar tus necesidades y te
regala placer sin tú decir ni mu. Es un lince sexual. Un veterano que
sabe mucho y habla poco.
2. El veterano es amante de 10. Un sobresaliente en
todo. Besa de coña. Te enciende en un segundo. Presta tanta atención al
detalle de las velas por toda la habitación y pétalos de rosa en la
cama, como a la cantidad de orgasmos que te sirve en bandeja esa noche.
Un chef cinco estrellas del sexo. Garantía de satisfacción por horas de
vuelo encamado. Directamente informo de que quedan dos o tres repartidos
por el mundo. Es un ideal. No se debe perder la esperanza ni bajar el
listón.
3. El pez payaso. El que te mete a carcajadas en la
cama. Le ve la gracia a todo y el sexo es siempre divertido a su lado.
Nada hay más atractivo que un gran sentido del humor.
4. El tiburón. Es el que navega al anochecer y
amanecer en busca de víctimas fáciles, de lobas heridas. Huele la sangre
a kilómetros de distancia, y es rápido y mortal; come con un apetito
voraz y no se le ve venir. Se va tan rápido como llega, es sigiloso,
silencioso y letal. Sabe lo que hace. Liga por ligar, es empotrador por
naturaleza. Horas y horas de vuelo avalan su veterana técnica. Satisface
cada uno de nuestros deseos sin decir esta boca es mía...
5. El lobo disfrazado de cordero. Amante que,
sabiendo perfectamente cómo se procede al acto sexual, se hace el
ingenuo para luego asombrar con habilidades especiales y sorprendentes.
Gratas sorpresas sexuales que se encuentran por el camino de la noche.
6. Pulpo profesional. Posible amante que parece que
tiene tentáculos. Te pilla por banda y te preguntas cuántas manos tiene.
Un amante sobón, capaz de hacerte un lacito en el tanga y desabrocharte
el sujetador a la vez que te besa y se quita los zapatos.
(*) Tania Llasera acaba de publicar 'El sexo sentido', en la Editorial Espasa. Este
texto corresponde integro al capítulo 11 del libro, en el que con mucho
humor clasifica los tipos de hombres disponibles a última hora de la
noche (de juerga). Llasera nació y creció en Bilbao y Gran Bretaña. Ha
trabajado para distintos canales británicos: BBC, Channel 4, Channel 5,
Meridian TV, etc. y en distintas cadenas en España (La2, Cuatro, La
Sexta, Telecinco...). Con sección semanal sobre Sexo en el programa de radio 'Atrévete' en Cadena Dial trabaja aquí y allá cómo presentadora incansable.