viernes, 20 de mayo de 2011

Contracultura y rebeldía

Entrevista a José Agustín (fragmento)

Carlos Rojas

—Ahora que lo rebelde es un producto de telenovela y la vestimenta punk se compra en tiendas departamentales, ¿Dónde está la contracultura?

—Pues no entre los que van a comprar a Liverpool obviamente. Todo mundo necesita tener un contrapeso dentro de sí mismo. Se ha vuelto muy convencional y muy cuadradote en la vida tener rasgos contraculturales. Quizá cuando alguien se baña canta sin saber qué significa I can get no satisfaction… (ríe con sorna). Pero sí existe la contracultura, como demonios no. Se manifiesta a través de una enormidad de fanzines que se distribuyen casi de mano a mano o por correo electrónico a lo largo de toda la República Mexicana. Hay una enorme cantidad de pequeñas células contraculturales. Hasta en los pueblos más pequeños, de repente comienzan a llegar todo tipo de aires. Y si llega Televisa, también es probable que lleguen ahí mismo cosas muchísimo mejores, como buen rock.

— ¿Los medios masivos se empeñan en comercializar los rasgos característicos de la contracultura?

—Claro. Los medios tratan siempre de neutralizar el fenómeno. Primero, si no les gusta, tratan de detenerlo y lo combaten. Si ven que se resiste y no lo pueden exterminar, tratan de neutralizarlo y desnaturalizarlo, vestirlo a su conveniencia para tratar de montarse en él y llevarlo hacia sus fines. A veces funciona, pero las más de las veces no. Los medios en ese sentido han jugado un papel muy importante, pero la contracultura se sigue desarrollando al margen de todo eso.

— ¿Ves en la música mexicana contemporánea un movimiento contracultural de vanguardia, que no repita las fórmulas europeas o estadounidenses?

—Ciertamente hay una tendencia a incorporar elementos muy mexicanos a un leguaje universal como es el rock. Eso comienza en los años 70 con El Tri. Luego Rockdrigo y Los Rupestres lo logran sensacionalmente, y son tan rocanroleros como el que más. Hay mucha efervescencia por debajo, en lo underground, hay una cantidad tremenda de demos que circulan por ahí. Y ese rock sigue siendo contestatario, verdaderamente expresivo y que no se alinea con las tendencias comerciales. Me gustan ahora cosas que está haciendo gente de Tijuana, como esa fusión de música electrónica con sones norteños o ambientes sonideros. Me gustaría ver algo mas encaminado por ahí por donde iba el Personal, que se metían en las cosas más locas del mundo, como reggae con aires de mariachi y de son veracruzano.

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