¿Y ustedes que opinan?
EL DIVÁN
Miguel Ángel Avilés.
EL PODER DEL PODER LEGISLATIVO…
Los asesores técnicos no sabían nada. O no querían saber nada. Se les preguntó quien habia redactado la iniciativa y las respuestas iban de las evasivas al deslinde.“Yo no”, contesto una asesora y se escabulló. “Ellos…ellos” afirmaban otros de los asesores, refiriéndose a los diputados.
En tanto, allá adentro, sin ningún afán de postergar ya ni siquiera su discusión porque no la hubo sino su aprobación, la mayoría del Congreso del Estado de Sonora, esa misma que en otras iniciativas esas sí frívolas e intrascendentes postergó y postergó su votación, quesque porque faltaba analizar, quesque porque habia que consultar a la sociedad, impuso con dolo y autoritarismo camaral la Iniciativa de Ley que Reforma el artículo 1º de la Constitución Política del Estado de Sonora, la cual, señala el documento, tiene el propósito de garantizar la vida de las personas desde el momento de su fecundación hasta el de su muerte natural.
El soporte, defendido por la diputada Irma Romo como cientifico, y que se detalla desaliñadamente en la exposición de motivos, está lejos de serlo, pues por encima de él, aprobado de la manera en que se hace, predomina, impera, una retórica ideo logizada y populista, que, de facto, complace a las posturas mas conservadoras de Sonora de donde justamente emanan los verdaderos prelados que subrepticiamente rigen al PRI y del PAN pero nunca podrá alcanzar, por si misma, el aparente propósito que dice perseguir esta antidemocrática iniciativa.
Que paradójico: esta es una iniciativa que nace muerta y como tal se aprobó. Carece de toda legitimación y rema contracorriente de los vientos que soplan en los tiempos actuales. Eso, sin embargo, no les importa. No pudo ser otra la que haya dado lectura a la iniciativa. La diputada Irma Romo, histriónica como suele ser, rápido entiendo que esta iniciativa habría que leerse con el rostro compungido, con oratoria ramplona y nunca dejando de actuar en su mas excelsa representación de Libertad Lamarque. Después la relevarían otras y otros con igual tono.Pasaron con creces la prueba: porque al frente del escenario que le interesaba –a ella y a los impulsores visibles y no- de esta iniciativa- cuentan con un buen número de ciudadanos fácilmente manipulables y algunos medios que sabrán hacer la chica para vender aquella, como la reforma que nos catapultará con aureola y toda la cosa, al reino de los cielos.
Para qué el debate, para qué los argumentos, para qué la confrontación de la ideas.El carrusel ya dio inicio desde ahorita a unos minutos de su aprobación: “La reforma convierte a Sonora en el primer Estado con una legislación que protege la vida del ser humano desde el momento mismo de la concepción” afirma El Imparcial, en su página electrónica.
El diputado Manuel Acosta Gutiérrez, uno de los impulsores de la reforma al Artículo 1 de la Constitución Política del Estado de Sonora, manifestó que Sonora tiene una legislación de vanguardia, ya que llevó a garantía individual el derecho a la vida, cita el propio medio.
El Estado de Sonora puede estar de pláceles. Porque ahora a manera de adición a la Constitución Local, aprueban, de nuevo, una disposición legal, que como muchas otras, tampoco será llevada a la práctica.
Y es que la adición al artículo 1 de la Constitución local que literalmente se retacó es esta:“El Estado de Sonora tutela el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento de la fecundación de un individuo, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural. Se exceptúa de este reconocimiento, el aborto causado por culpa de la mujer embarazada o cuando el embarazo sea resultado de una violación o cuando, de no provocarse el aborto, la mujer embarazada corra peligro de muerte a juicio del médico que la asista, oyendo éste el dictamen de otro médico, siempre que esto fuere posible y no sea peligrosa la demora.”
Como vemos, este añadidura cuya redacción mezcla una ambigua definición sobre el individuo y un condensado de las hipótesis normativas no punible que prevé el Código Penal con respecto al delito de aborto, no tutela precisamente la vida, pues no contempla las infinitas variantes individuales y sociales que pueden acabar con ella sino que, como lo confiesa el propio diputado Carlos Daniel Fernández intenta cerrar toda posibilidad de que ocurra lo que en esa materia pasó en el Distrito Federal.
Esta visión que trajo consigo la reforma emerge desde la ignorancia y excluye a toda aquella variante de muerte que no sea “de manera natural”. Es decir, en esta bandera que quiere proteger la vida y que enarbolan a través de esta reforma, no tienen cabida aquellas muertes derivadas de una eutanasia de facto, ni las ocurridas por accidente ni otras por el estilo. Esto nos preocupa sobre manera pues no sabemos que categoría vaya a alcanzar estas almas cuando se encuentren en una situación post-mortem.
Amén de este desliz, debe advertírsele a los ahora paladines de la vida que, a reserva de abordarlo a plenitud en otra ocasión, en el DF no se despenalizó el aborto como se ha dicho por tanta gente. Lo que ocurrió fue una modificación al tipo penal del delito de aborto, es decir a su descripción, pero este como tal sigue existiendo.
Lo mismo pasa aquí en Sonora. Mas de uno asegura que en el Estado no se despenalizará el delito de aborto, sin prever que, en algunas muy particulares variantes, aquel no es punible.En este nuevo parche a la Constitución local no está por sobre todas las cosas la defensa por la vida. No. De estarlo, la exposición de motivos, la propia adición y la reforma a otras leyes secundarias estarían preocupados por los niños y niñas que viven y mueren en la calle, o por las mujeres, muchas de ellas niñas o adolescentes -sobre todo pobres- que tienen que parir clandestinamente en letrinas por temor a ser descubiertas y que ponen en peligro la vida, o por aquellas que tienen que abortar también en clínicas insalubres ya que tuvieron sus posibilidades no les alcanza para interrumpir el embarazo en clínicas extranjeras de mayor categoría como algunas si lo pueden hacer, incluyendo me atrevo a decir, a buen número de chicas cuyas familias y allegados están ahora aplaudiendo esta reforma.
Es la incongruencia. La hipocresía de una mayoría legislativa que quiere convencerse a si misma y a toda costa que su paso por esta carretera parlamentario que les durará tres años fue útil y esa sacudida de frustración que sienten es nada mas una quimera.
Pero como hacerle ahora para que los postulados de esta reforma empate con los postulados de la Constitución General, pero además con las leyes que ellos mismos han aprobado como la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el Estado de Sonora, la Ley de Fomento a la Igualdad entre mujeres y hombres del Estado de Sonora, la Ley de Salud para el Estado de Sonora, la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la Ley que crea los Servicios de Salud o Ley que crea la Comisión Estatal de Derechos Humanos, por citar algunas con las que están de alguna forma vinculadas.
Como hacerle para abatir esa gran cifra negra que representan los abortos que suceden y seguirán sucediendo por encima de esta reforma. Una reforma que dice proteger la vida pero que nada podrá hacer para evitar más muertes.
Todo se preparó para que la reforma pasara y se logró. Este es el poder. Así actúa cuando se lo propone y a la hora de la verdad no tiene distingo de colores ni aparentes diferencias.A partir del día siguiente de su publicación correrán treinta días naturales como plazo para ejercer la acción de inconstitucionalidad. Pero es obvio que nadie que los opositores a esta aprobación alcanzará como órgano el treinta y tres por ciento de los integrantes del propio poder legislativo.Y es que, en efecto, aquí pesó la defensa de la vida: de la sin razón, del retroceso, del anacronismo y del abuso de poder a toda costa.
miércoles, 22 de octubre de 2008
Esta columna habla tambien sobre la reforma, es de Manuel Larios y tambien pueden leerla en el Dossier
El salón de plenos «Jesús García Corona» se transformó por un par de horas en un auténtico monumento al desmadre. Los gritos, aplausos, insultos y hasta connatos de bronca entre los «defensores de la vida» y «los asesinos de bebés» –o los «fascistas» y los «defensores de los derechos de las mujeres», según el cristal con que se mire- rompieron por completo con la armonía parlamentaria y generaron un encono innecesario entre sectores ciudadanos con diferentes ideologías.
Por Manuel Larios / Dossier Politico
Dia de publicación: 2008-10-22
El presidente en turno del Congreso, Rogelio Díaz Brown, recordará la sesión de este martes 21 de octubre por un largo tiempo.
Desde su lugar privilegiado al centro de la mesa directiva del legislativo, el diputado priísta solicitó respeto a la asamblea incontables ocasiones durante la lectura, discusión y aprobación del dictamen que modificó la Constitución local para «blindarla» contra futuros -aunque poco posibles- intentos para despenalizar el aborto, pero nadie lo peló.
Y ni cómo hacerlo, si el salón de plenos «Jesús García Corona» se transformó por un par de horas en un auténtico monumento al desmadre. Los gritos, aplausos, insultos y hasta connatos de bronca entre los «defensores de la vida» y «los asesinos de bebés» –o los «fascistas» y los «defensores de los derechos de las mujeres», según el cristal con que se mire- rompieron por completo con la armonía parlamentaria y generaron un encono innecesario entre sectores ciudadanos con diferentes ideologías.
La ausencia de un debate público y la abierta intolerancia entre unos y otros grupos, se puso en evidencia en el transcurso de la sesión plenaria del Congreso.
«Aborto» en comisiones
Apenas el lunes a mediodía, las comisiones de gobernación agendaron una reunión para autorizar un dictamen que adicionaría al primer artículo de la carta magna sonorense un apartado para que sea el Estado el encargado de tutelar «el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento de la fecundación de un individuo, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural».
Pero las cuestiones técnicas y la presencia de sólo 3 diputados al encuentro de las comisiones unidas de gobernación, ocasionó que la discusión pública y abierta del dictamen se hiciera, tal y como pasó con la elección de los consejeros electorales hace un par de semanas, en un lugar desconocido y sin testigos.
Para seguir leyendo de click en este ENLACE
Por Manuel Larios / Dossier Politico
Dia de publicación: 2008-10-22
El presidente en turno del Congreso, Rogelio Díaz Brown, recordará la sesión de este martes 21 de octubre por un largo tiempo.
Desde su lugar privilegiado al centro de la mesa directiva del legislativo, el diputado priísta solicitó respeto a la asamblea incontables ocasiones durante la lectura, discusión y aprobación del dictamen que modificó la Constitución local para «blindarla» contra futuros -aunque poco posibles- intentos para despenalizar el aborto, pero nadie lo peló.
Y ni cómo hacerlo, si el salón de plenos «Jesús García Corona» se transformó por un par de horas en un auténtico monumento al desmadre. Los gritos, aplausos, insultos y hasta connatos de bronca entre los «defensores de la vida» y «los asesinos de bebés» –o los «fascistas» y los «defensores de los derechos de las mujeres», según el cristal con que se mire- rompieron por completo con la armonía parlamentaria y generaron un encono innecesario entre sectores ciudadanos con diferentes ideologías.
La ausencia de un debate público y la abierta intolerancia entre unos y otros grupos, se puso en evidencia en el transcurso de la sesión plenaria del Congreso.
«Aborto» en comisiones
Apenas el lunes a mediodía, las comisiones de gobernación agendaron una reunión para autorizar un dictamen que adicionaría al primer artículo de la carta magna sonorense un apartado para que sea el Estado el encargado de tutelar «el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento de la fecundación de un individuo, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural».
Pero las cuestiones técnicas y la presencia de sólo 3 diputados al encuentro de las comisiones unidas de gobernación, ocasionó que la discusión pública y abierta del dictamen se hiciera, tal y como pasó con la elección de los consejeros electorales hace un par de semanas, en un lugar desconocido y sin testigos.
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Hablando de la reforma a la Constitucion Política de Sonora, esta otra columna es de Froylán Campos y la pueden leer ene l Dossier
«A mi me obligaron a abortar»
Por Froylán Campos Macías
2008-10-22
HERMOSILLO.-»¡Eres una asesina! ¡Asesina!».
Es una gritería que no cesa. Ni da tregua. Ni descanso.
Y aunque doña Petra Santos está más curtida que el cuero de una tehua, le cala. Le llega. Le remueve el seso donde guarda los trozos de una historia que, se ufana, «me ha hecho una mujer polémica».
Y es que, cada dos de octubre revive y cuenta el recuerdo de la noche de Tlatelolco y sus días en la cárcel.
Ayer, la perredista obsequió un gajo de la biografía que empezó a tejer en los albores del México en crisis.
—¡A mi me obligaron a abortar! –reveló desde la tribuna donde abogó por el derecho de la mujer a decidir libremente sobre su cuerpo.
«Cómo ya no puedes parir, por eso quieres que aborten. ¡Eres una asesina!». Mirtha Castro parece adoptada por las «Damas de Blanco». Ahí está, con un cartel. Desde sus vísceras vocifera las consignas más impublicables.
Y aquel grupo de señoras de bien, celebran la garra con que defiende el derecho a la vida.
Calmada. Serena. Despacio. Con las manos, Nancy Burruel trata de apaciguar los ánimos de esa mujer a cuyo hijo educa en la protesta callejera.
«El derecho a la vida, no se debate», grita el escuincle.
«¡Hipócritas! ¡Con-sul-ta, con-sul-ta! ¡Fascistas! ¡El hambre mata al pueblo! ¡Limpien la corrupción en el Congreso, diputados! ¡Qué dice la Suprema Corte!».
Es el alboroto que saluda la apertura de una jornada legislativa accidentada.
—Ya lo temíamos. Pero no son más de cuatro los que tienen ese desorden –observa con resignación el pastor del PRI, Carlos Daniel Fernández, quien se siente inquieto cuando mira a Sebastián Sotomayor en pleno cónclave con la fracción panista.
En el salón de sesiones, hay todo menos quietud. Un escándalo que por momentos tensó los ánimos de las feministas que pugnan por «cuerpos libres y estados laicos». Y de aquellas cuya consigna es breve, concreta y no admite objeciones: «Sí a la vida».
Media docena de señoras vestidas de blanco ocupa la tercera fila en el auditorio del recinto de sesiones. Atrás, cinco jovencitas. De amarillo, embarazadas. Más atrás, otras mujeres gesticulan. Se suman al coro que ensordece. Levantan cartelones «made in USA». Un individuo en posición fetal y abajo la leyenda «8 WEEK PREE-BORN BABY».
Las activistas de la agrupación Vida y Familia A.C. (VIFAC) se vuelcan en aplausos cuando Claudia Pavlovich menciona que «la única forma de garantizar la preservación del ser humano es protegiendo la vida desde la fecundación, elevando esa protección al rango constitucional en forma expresa y sin lugar a interpretaciones».
Y ese era el tema del escándalo. De una chillería que, como bien expuso José Salomé Tello, no resolvía nada.
La iniciativa de reforma al Artículo 1º de la Constitución local donde queda consagrada la tutela del Estado al derecho a la vida, se venía planchando desde el pasado jueves cuando en la plenaria Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez buscaba persuadir al brazo femenil del PAN: Irma Romo, Susana Saldaña, Leticia Amparano y Lina Acosta.
La adición al primer precepto de la Carta Fundamental precisa que:
«El Estado de Sonora tutela el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento de la fecundación de un individuo, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural».
Con este enunciado, el soberano prácticamente cancela cualquier posibilidad de que en el futuro, las excepciones para abortar, puedan ampliarse.
Pero además, con ello, en Sonora queda zanjado el debate que ya empezaba a hacer ruido a raíz de la despenalización que aprobó la Asamblea del Distrito Federal.
Para seguir leyendo de click en este ENLACE
Por Froylán Campos Macías
2008-10-22
HERMOSILLO.-»¡Eres una asesina! ¡Asesina!».
Es una gritería que no cesa. Ni da tregua. Ni descanso.
Y aunque doña Petra Santos está más curtida que el cuero de una tehua, le cala. Le llega. Le remueve el seso donde guarda los trozos de una historia que, se ufana, «me ha hecho una mujer polémica».
Y es que, cada dos de octubre revive y cuenta el recuerdo de la noche de Tlatelolco y sus días en la cárcel.
Ayer, la perredista obsequió un gajo de la biografía que empezó a tejer en los albores del México en crisis.
—¡A mi me obligaron a abortar! –reveló desde la tribuna donde abogó por el derecho de la mujer a decidir libremente sobre su cuerpo.
«Cómo ya no puedes parir, por eso quieres que aborten. ¡Eres una asesina!». Mirtha Castro parece adoptada por las «Damas de Blanco». Ahí está, con un cartel. Desde sus vísceras vocifera las consignas más impublicables.
Y aquel grupo de señoras de bien, celebran la garra con que defiende el derecho a la vida.
Calmada. Serena. Despacio. Con las manos, Nancy Burruel trata de apaciguar los ánimos de esa mujer a cuyo hijo educa en la protesta callejera.
«El derecho a la vida, no se debate», grita el escuincle.
«¡Hipócritas! ¡Con-sul-ta, con-sul-ta! ¡Fascistas! ¡El hambre mata al pueblo! ¡Limpien la corrupción en el Congreso, diputados! ¡Qué dice la Suprema Corte!».
Es el alboroto que saluda la apertura de una jornada legislativa accidentada.
—Ya lo temíamos. Pero no son más de cuatro los que tienen ese desorden –observa con resignación el pastor del PRI, Carlos Daniel Fernández, quien se siente inquieto cuando mira a Sebastián Sotomayor en pleno cónclave con la fracción panista.
En el salón de sesiones, hay todo menos quietud. Un escándalo que por momentos tensó los ánimos de las feministas que pugnan por «cuerpos libres y estados laicos». Y de aquellas cuya consigna es breve, concreta y no admite objeciones: «Sí a la vida».
Media docena de señoras vestidas de blanco ocupa la tercera fila en el auditorio del recinto de sesiones. Atrás, cinco jovencitas. De amarillo, embarazadas. Más atrás, otras mujeres gesticulan. Se suman al coro que ensordece. Levantan cartelones «made in USA». Un individuo en posición fetal y abajo la leyenda «8 WEEK PREE-BORN BABY».
Las activistas de la agrupación Vida y Familia A.C. (VIFAC) se vuelcan en aplausos cuando Claudia Pavlovich menciona que «la única forma de garantizar la preservación del ser humano es protegiendo la vida desde la fecundación, elevando esa protección al rango constitucional en forma expresa y sin lugar a interpretaciones».
Y ese era el tema del escándalo. De una chillería que, como bien expuso José Salomé Tello, no resolvía nada.
La iniciativa de reforma al Artículo 1º de la Constitución local donde queda consagrada la tutela del Estado al derecho a la vida, se venía planchando desde el pasado jueves cuando en la plenaria Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez buscaba persuadir al brazo femenil del PAN: Irma Romo, Susana Saldaña, Leticia Amparano y Lina Acosta.
La adición al primer precepto de la Carta Fundamental precisa que:
«El Estado de Sonora tutela el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento de la fecundación de un individuo, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural».
Con este enunciado, el soberano prácticamente cancela cualquier posibilidad de que en el futuro, las excepciones para abortar, puedan ampliarse.
Pero además, con ello, en Sonora queda zanjado el debate que ya empezaba a hacer ruido a raíz de la despenalización que aprobó la Asamblea del Distrito Federal.
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A propósito de la reforma.... (Miguel Angel me autorizó a publicar aquí su columna)
¿Y ustedes que opinan?
EL DIVÁN
Miguel Ángel Avilés.
EL PODER DEL PODER LEGISLATIVO…
Los asesores técnicos no sabían nada. O no querían saber nada. Se les preguntó quien habia redactado la iniciativa y las respuestas iban de las evasivas al deslinde.
“Yo no”, contesto una asesora y se escabulló. “Ellos…ellos” afirmaban otros de los asesores, refiriéndose a los diputados.
En tanto, allá adentro, sin ningún afán de postergar ya ni siquiera su discusión porque no la hubo sino su aprobación, la mayoría del Congreso del Estado de Sonora, esa misma que en otras iniciativas esas sí frívolas e intrascendentes postergó y postergó su votación, quesque porque faltaba analizar, quesque porque habia que consultar a la sociedad, impuso con dolo y autoritarismo camaral la Iniciativa de Ley que Reforma el artículo 1º de la Constitución Política del Estado de Sonora, la cual, señala el documento, tiene el propósito de garantizar la vida de las personas desde el momento de su fecundación hasta el de su muerte natural.
El soporte, defendido por la diputada Irma Romo como cientifico, y que se detalla desaliñadamente en la exposición de motivos, está lejos de serlo, pues por encima de él, aprobado de la manera en que se hace, predomina, impera, una retórica ideo logizada y populista, que, de facto, complace a las posturas mas conservadoras de Sonora de donde justamente emanan los verdaderos prelados que subrepticiamente rigen al PRI y del PAN pero nunca podrá alcanzar, por si misma, el aparente propósito que dice perseguir esta antidemocrática iniciativa.
Que paradójico: esta es una iniciativa que nace muerta y como tal se aprobó. Carece de toda legitimación y rema contracorriente de los vientos que soplan en los tiempos actuales. Eso, sin embargo, no les importa. No pudo ser otra la que haya dado lectura a la iniciativa. La diputada Irma Romo, histriónica como suele ser, rápido entiendo que esta iniciativa habría que leerse con el rostro compungido, con oratoria ramplona y nunca dejando de actuar en su mas excelsa representación de Libertad Lamarque. Después la relevarían otras y otros con igual tono.
Pasaron con creces la prueba: porque al frente del escenario que le interesaba –a ella y a los impulsores visibles y no- de esta iniciativa- cuentan con un buen número de ciudadanos fácilmente manipulables y algunos medios que sabrán hacer la chica para vender aquella, como la reforma que nos catapultará con aureola y toda la cosa, al reino de los cielos.
Para qué el debate, para qué los argumentos, para qué la confrontación de la ideas.
El carrusel ya dio inicio desde ahorita a unos minutos de su aprobación: “La reforma convierte a Sonora en el primer Estado con una legislación que protege la vida del ser humano desde el momento mismo de la concepción” afirma El Imparcial, en su página electrónica.
El diputado Manuel Acosta Gutiérrez, uno de los impulsores de la reforma al Artículo 1 de la Constitución Política del Estado de Sonora, manifestó que Sonora tiene una legislación de vanguardia, ya que llevó a garantía individual el derecho a la vida, cita el propio medio.
El Estado de Sonora puede estar de pláceles. Porque ahora a manera de adición a la Constitución Local, aprueban, de nuevo, una disposición legal, que como muchas otras, tampoco será llevada a la práctica.
Y es que la adición al artículo 1 de la Constitución local que literalmente se retacó es esta:
“El Estado de Sonora tutela el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento de la fecundación de un individuo, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural. Se exceptúa de este reconocimiento, el aborto causado por culpa de la mujer embarazada o cuando el embarazo sea resultado de una violación o cuando, de no provocarse el aborto, la mujer embarazada corra peligro de muerte a juicio del médico que la asista, oyendo éste el dictamen de otro médico, siempre que esto fuere posible y no sea peligrosa la demora.”
Como vemos, este añadidura cuya redacción mezcla una ambigua definición sobre el individuo y un condensado de las hipótesis normativas no punible que prevé el Código Penal con respecto al delito de aborto, no tutela precisamente la vida, pues no contempla las infinitas variantes individuales y sociales que pueden acabar con ella sino que, como lo confiesa el propio diputado Carlos Daniel Fernández intenta cerrar toda posibilidad de que ocurra lo que en esa materia pasó en el Distrito Federal.
Esta visión que trajo consigo la reforma emerge desde la ignorancia y excluye a toda aquella variante de muerte que no sea “de manera natural”. Es decir, en esta bandera que quiere proteger la vida y que enarbolan a través de esta reforma, no tienen cabida aquellas muertes derivadas de una eutanasia de facto, ni las ocurridas por accidente ni otras por el estilo. Esto nos preocupa sobre manera pues no sabemos que categoría vaya a alcanzar estas almas cuando se encuentren en una situación post-mortem.
Amén de este desliz, debe advertírsele a los ahora paladines de la vida que, a reserva de abordarlo a plenitud en otra ocasión, en el DF no se despenalizó el aborto como se ha dicho por tanta gente. Lo que ocurrió fue una modificación al tipo penal del delito de aborto, es decir a su descripción, pero este como tal sigue existiendo.
Lo mismo pasa aquí en Sonora. Mas de uno asegura que en el Estado no se despenalizará el delito de aborto, sin prever que, en algunas muy particulares variantes, aquel no es punible.
En este nuevo parche a la Constitución local no está por sobre todas las cosas la defensa por la vida. No. De estarlo, la exposición de motivos, la propia adición y la reforma a otras leyes secundarias estarían preocupados por los niños y niñas que viven y mueren en la calle, o por las mujeres, muchas de ellas niñas o adolescentes -sobre todo pobres- que tienen que parir clandestinamente en letrinas por temor a ser descubiertas y que ponen en peligro la vida, o por aquellas que tienen que abortar también en clínicas insalubres ya que tuvieron sus posibilidades no les alcanza para interrumpir el embarazo en clínicas extranjeras de mayor categoría como algunas si lo pueden hacer, incluyendo me atrevo a decir, a buen número de chicas cuyas familias y allegados están ahora aplaudiendo esta reforma.
Es la incongruencia. La hipocresía de una mayoría legislativa que quiere convencerse a si misma y a toda costa que su paso por esta carretera parlamentario que les durará tres años fue útil y esa sacudida de frustración que sienten es nada mas una quimera.
Pero como hacerle ahora para que los postulados de esta reforma empate con los postulados de la Constitución General, pero además con las leyes que ellos mismos han aprobado como la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el Estado de Sonora, la Ley de Fomento a la Igualdad entre mujeres y hombres del Estado de Sonora, la Ley de Salud para el Estado de Sonora, la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la Ley que crea los Servicios de Salud o Ley que crea la Comisión Estatal de Derechos Humanos, por citar algunas con las que están de alguna forma vinculadas.
Como hacerle para abatir esa gran cifra negra que representan los abortos que suceden y seguirán sucediendo por encima de esta reforma. Una reforma que dice proteger la vida pero que nada podrá hacer para evitar más muertes.
Todo se preparó para que la reforma pasara y se logró. Este es el poder. Así actúa cuando se lo propone y a la hora de la verdad no tiene distingo de colores ni aparentes diferencias.
A partir del día siguiente de su publicación correrán treinta días naturales como plazo para ejercer la acción de inconstitucionalidad. Pero es obvio que nadie que los opositores a esta aprobación alcanzará como órgano el treinta y tres por ciento de los integrantes del propio poder legislativo.
Y es que, en efecto, aquí pesó la defensa de la vida: de la sin razón, del retroceso, del anacronismo y del abuso de poder a toda costa.
EL DIVÁN
Miguel Ángel Avilés.
EL PODER DEL PODER LEGISLATIVO…
Los asesores técnicos no sabían nada. O no querían saber nada. Se les preguntó quien habia redactado la iniciativa y las respuestas iban de las evasivas al deslinde.
“Yo no”, contesto una asesora y se escabulló. “Ellos…ellos” afirmaban otros de los asesores, refiriéndose a los diputados.
En tanto, allá adentro, sin ningún afán de postergar ya ni siquiera su discusión porque no la hubo sino su aprobación, la mayoría del Congreso del Estado de Sonora, esa misma que en otras iniciativas esas sí frívolas e intrascendentes postergó y postergó su votación, quesque porque faltaba analizar, quesque porque habia que consultar a la sociedad, impuso con dolo y autoritarismo camaral la Iniciativa de Ley que Reforma el artículo 1º de la Constitución Política del Estado de Sonora, la cual, señala el documento, tiene el propósito de garantizar la vida de las personas desde el momento de su fecundación hasta el de su muerte natural.
El soporte, defendido por la diputada Irma Romo como cientifico, y que se detalla desaliñadamente en la exposición de motivos, está lejos de serlo, pues por encima de él, aprobado de la manera en que se hace, predomina, impera, una retórica ideo logizada y populista, que, de facto, complace a las posturas mas conservadoras de Sonora de donde justamente emanan los verdaderos prelados que subrepticiamente rigen al PRI y del PAN pero nunca podrá alcanzar, por si misma, el aparente propósito que dice perseguir esta antidemocrática iniciativa.
Que paradójico: esta es una iniciativa que nace muerta y como tal se aprobó. Carece de toda legitimación y rema contracorriente de los vientos que soplan en los tiempos actuales. Eso, sin embargo, no les importa. No pudo ser otra la que haya dado lectura a la iniciativa. La diputada Irma Romo, histriónica como suele ser, rápido entiendo que esta iniciativa habría que leerse con el rostro compungido, con oratoria ramplona y nunca dejando de actuar en su mas excelsa representación de Libertad Lamarque. Después la relevarían otras y otros con igual tono.
Pasaron con creces la prueba: porque al frente del escenario que le interesaba –a ella y a los impulsores visibles y no- de esta iniciativa- cuentan con un buen número de ciudadanos fácilmente manipulables y algunos medios que sabrán hacer la chica para vender aquella, como la reforma que nos catapultará con aureola y toda la cosa, al reino de los cielos.
Para qué el debate, para qué los argumentos, para qué la confrontación de la ideas.
El carrusel ya dio inicio desde ahorita a unos minutos de su aprobación: “La reforma convierte a Sonora en el primer Estado con una legislación que protege la vida del ser humano desde el momento mismo de la concepción” afirma El Imparcial, en su página electrónica.
El diputado Manuel Acosta Gutiérrez, uno de los impulsores de la reforma al Artículo 1 de la Constitución Política del Estado de Sonora, manifestó que Sonora tiene una legislación de vanguardia, ya que llevó a garantía individual el derecho a la vida, cita el propio medio.
El Estado de Sonora puede estar de pláceles. Porque ahora a manera de adición a la Constitución Local, aprueban, de nuevo, una disposición legal, que como muchas otras, tampoco será llevada a la práctica.
Y es que la adición al artículo 1 de la Constitución local que literalmente se retacó es esta:
“El Estado de Sonora tutela el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento de la fecundación de un individuo, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural. Se exceptúa de este reconocimiento, el aborto causado por culpa de la mujer embarazada o cuando el embarazo sea resultado de una violación o cuando, de no provocarse el aborto, la mujer embarazada corra peligro de muerte a juicio del médico que la asista, oyendo éste el dictamen de otro médico, siempre que esto fuere posible y no sea peligrosa la demora.”
Como vemos, este añadidura cuya redacción mezcla una ambigua definición sobre el individuo y un condensado de las hipótesis normativas no punible que prevé el Código Penal con respecto al delito de aborto, no tutela precisamente la vida, pues no contempla las infinitas variantes individuales y sociales que pueden acabar con ella sino que, como lo confiesa el propio diputado Carlos Daniel Fernández intenta cerrar toda posibilidad de que ocurra lo que en esa materia pasó en el Distrito Federal.
Esta visión que trajo consigo la reforma emerge desde la ignorancia y excluye a toda aquella variante de muerte que no sea “de manera natural”. Es decir, en esta bandera que quiere proteger la vida y que enarbolan a través de esta reforma, no tienen cabida aquellas muertes derivadas de una eutanasia de facto, ni las ocurridas por accidente ni otras por el estilo. Esto nos preocupa sobre manera pues no sabemos que categoría vaya a alcanzar estas almas cuando se encuentren en una situación post-mortem.
Amén de este desliz, debe advertírsele a los ahora paladines de la vida que, a reserva de abordarlo a plenitud en otra ocasión, en el DF no se despenalizó el aborto como se ha dicho por tanta gente. Lo que ocurrió fue una modificación al tipo penal del delito de aborto, es decir a su descripción, pero este como tal sigue existiendo.
Lo mismo pasa aquí en Sonora. Mas de uno asegura que en el Estado no se despenalizará el delito de aborto, sin prever que, en algunas muy particulares variantes, aquel no es punible.
En este nuevo parche a la Constitución local no está por sobre todas las cosas la defensa por la vida. No. De estarlo, la exposición de motivos, la propia adición y la reforma a otras leyes secundarias estarían preocupados por los niños y niñas que viven y mueren en la calle, o por las mujeres, muchas de ellas niñas o adolescentes -sobre todo pobres- que tienen que parir clandestinamente en letrinas por temor a ser descubiertas y que ponen en peligro la vida, o por aquellas que tienen que abortar también en clínicas insalubres ya que tuvieron sus posibilidades no les alcanza para interrumpir el embarazo en clínicas extranjeras de mayor categoría como algunas si lo pueden hacer, incluyendo me atrevo a decir, a buen número de chicas cuyas familias y allegados están ahora aplaudiendo esta reforma.
Es la incongruencia. La hipocresía de una mayoría legislativa que quiere convencerse a si misma y a toda costa que su paso por esta carretera parlamentario que les durará tres años fue útil y esa sacudida de frustración que sienten es nada mas una quimera.
Pero como hacerle ahora para que los postulados de esta reforma empate con los postulados de la Constitución General, pero además con las leyes que ellos mismos han aprobado como la Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia para el Estado de Sonora, la Ley de Fomento a la Igualdad entre mujeres y hombres del Estado de Sonora, la Ley de Salud para el Estado de Sonora, la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la Ley que crea los Servicios de Salud o Ley que crea la Comisión Estatal de Derechos Humanos, por citar algunas con las que están de alguna forma vinculadas.
Como hacerle para abatir esa gran cifra negra que representan los abortos que suceden y seguirán sucediendo por encima de esta reforma. Una reforma que dice proteger la vida pero que nada podrá hacer para evitar más muertes.
Todo se preparó para que la reforma pasara y se logró. Este es el poder. Así actúa cuando se lo propone y a la hora de la verdad no tiene distingo de colores ni aparentes diferencias.
A partir del día siguiente de su publicación correrán treinta días naturales como plazo para ejercer la acción de inconstitucionalidad. Pero es obvio que nadie que los opositores a esta aprobación alcanzará como órgano el treinta y tres por ciento de los integrantes del propio poder legislativo.
Y es que, en efecto, aquí pesó la defensa de la vida: de la sin razón, del retroceso, del anacronismo y del abuso de poder a toda costa.
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