jueves, 17 de mayo de 2012

A propósito del 17 de mayo, Día Internacional contra la Homofobia

Antonio Medina*
México DF, mayo 17 de 2012.
Los defensores y defensoras de derechos humanos cargan con estigmas que los ponen en una situación de vulnerabilidad. Esos estigmas, que se asocian a sus propias luchas, que forman parte de su ser, sus convicciones o formas de actuar en sociedad, pueden ser motivo de ira y odio de algunas personas, grupos políticos, religiosos o sectores sociales que no toleran esas diferencias.
 
En el caso de las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales o trans, el estigma se multiplica, pues en ciertos contextos sociales, su diferencia puede ser motivo de escarnio o de plano agresiones encaminadas a su ejecución.
 
Este tipo de crímenes son muchas veces el resultado de un proceso de hostigamiento hacia las víctimas por parte de los criminales. Muchos casos relatados a quien esto escribe (en casi tres lustros de trabajo periodístico) indican que así sucede, y por lo regular los criminales son personas que van acumulando odio hacia sus víctimas y en espacios de vulnerabilidad de las mismas, como podrían ser fiestas, centros nocturnos, calles oscuras o coincidir en actividades laborales; es cuando los agresores actúan y vacían su odio violentándoles y en ocasiones quitándoles la vida.
 
Al parecer, el caso de la psicóloga Agnes Torres, que fue asesinada el pasado mes de marzo, tiene esas características, ya que quienes fueron detenidos por el crimen, dijeron haberla conocido aunque desconocían que era activista.
 
La indignación de familiares y activistas se materializó en acciones encaminadas a exigir al gobierno de Puebla que actuara como es debido en estos casos, sin perder tiempo para activar todos los mecanismos judiciales para atrapar al asesino o asesinos de la luchadora social.
 
La movilización de la sociedad, como pocas veces, tuvo efecto, pues cinco días después, el gobierno de Puebla, en colaboración con el de Yucatán, atraparon a los criminales.
 
El impacto que tuvo esta muerte trascendió a las redes sociales, que a decir de los mismos activistas, fue donde se ejerció presión para que el gobierno encabezado por Rafael Moreno Valle Rosas, se movilizara y actuara en consecuencia.
 
Por desgracia, como han coincidido muchos, tuvo que suceder una desgracia para que la justicia actuara. Pero también, tuvo que suceder este lamentable hecho para que el activismo LGBTTTI saliera de su espacio de confort y se uniera (pese a sus diferencias) en una lucha común, pues cuando se dan este tipo de sucesos no se actúa ni desde la justicia, ni desde las familias ni desde la sociedad civil.
 
Como lo ha reportado la Comisión Ciudadana contra Crímenes de Odio por Homofobia (CCCOH) desde 1998, este tipo de asesinatos en su gran mayoría quedan impunes. Los criminales tienen la certeza de que no serán atrapados, ya que cuando se sabe de un homosexual asesinado, los prejuicios ministerios públicos, políticas, agentes judiciales, peritos y familiares, hacen que se dé carpetazo a la investigación y se clasifiquen como “crímenes pasionales entre homosexuales”, cancelando la posibilidad de hacer justicia.
 
Han sido muy pocos casos en los que el activismo ha protestado y exigido se investigue por crímenes que se aduce, son por homofobia. Tal es el caso del perpetrado contra el doctor Francisco Estrada Valle, quien fue asesinado en 1994. Su madre, la señora Alicia Valle ha luchado por aclarar el crimen de su hijo, sin que hasta el momento las autoridades responsables le den respuesta a su legítima duda.
 
La indignación y coraje de la señora Valle, con el apoyo de Arturo Díaz Betancourt y Carlos Monsiváis, junto con el equipo de Letra S, entre otros, hicieron que se diera seguimiento al caso. A pesar de ello al momento no se han tenido noticias favorables.  Sin duda es una realidad antes no analizada ni tomada en cuenta por los medios, ni la academia, ni los mismos activistas.
 
Otros crímenes contra activistas han quedado impunes, como el del psicólogo Octavio Acuña, quien fue asesinado en su condonaría en la ciudad de Querétaro en junio de 2005.
 
Octavio y su compañero Martín ya habían puesto una queja por hostigamiento en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) contra policías locales, quienes semanas antes del asesinato los habían hostigado. Después del crimen, la procuraduría local y la CEDH se encargaron de desviar todas las indagatorias, construyeron una historia inverosímil y desactivaron, con intimidación, a los grupos que al inicio protestaron y se organizaron para exigir justicia.
 
El crimen contra Octavio Acuña nunca se aclaró. El activismo LGBTI en el estado fue callado y la represión contra gays en la capital queretana continúa, aunque ahora sin mucho alarde. Se han reprimido eventos de la comunidad, clausurado espacios de reunión y los policías continúan recorriendo espacios donde saben que pueden extorsionar a jóvenes gays.
 
El estado de Guerrero, a pesar de tener un activismo fuerte y que trabaja muy de cerca del gobierno estatal, ha tenido la trágica experiencia de crímenes contra personas vinculadas al activismo LGBTTTI. Uno de ellos, el de mayor resonancia, fue contra Quetzalcóatl Leija, un joven activista con mucha proyección política en el estado y el país.
 
El asesinato de este joven activista conmocionó a la opinión pública de todo México pues Leija tenía una activa agenda social y política que promovía en foros, congresos y eventos académicos. Logró varios de sus propósitos con el cabildeo político en el congreso estatal y en varios momentos vinculó actividades cívico culturales en colaboración con instituciones educativas, empresas y algunas dependencias de gobierno.
 
En julio de 2011 fue asesinado Christian Sánchez Venancio en su casa, en la Ciudad de México. Él era representante político en las filas del Partido de la Revolución Democrática desde la diversidad sexual. Su trabajo activista vinculado al partido gobernante en el Distrito Federal le permitió llevar a cabo actividades de visibilidad social de las demandas del colectivo LGBTI de la capital de país. Los asesinos confesos del joven activista fueron detenidos y consignados a 50 años de cárcel.
 
Estos caso, que se han develado en los medios y que han puesto a trabajar a los responsables de aplicar justicia, son una verdadera minoría, pues en México, según cifras de la Comisión Ciudadana contra Crímenes de odio por Homofobia se ha ejecutado 705 personas por motivos de su orientación sexual entre 1995 y 2009. Ese dato puede llegar a más de más de dos millares si se toma en cuenta el subregistro.
 
En todo caso, en México, al igual que la mayoría de los países de América Latina, no se ha querido hacer caso a las demandas de activistas LGBTTTI cuando piden encarecidamente que se tipifiquen este tipo de crímenes (con excepción del Distrito federal), por lo que las acciones o protocolos de las Procuradurías de Justicia siguen invisibilizando este tipo de crímenes y determinando caso juzgado bajo la suposición que se trata de “crímenes pasionales entre homosexuales” y no “crímenes de odio contra homosexuales”, como precisaba el maestro Carlos Monsiváis.
 
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El secreto de Aquiles



  • David Malouf reescribe en 'Rescate', de manera extraordinaria, el encuentro entre Aquiles y Priamo

  • El autor australiano visita la 'Iliada', de Homero, para tratar de desvelar lo no contado por el poeta

Winston Manrique Sabogal. Madrid. 15 de mayo de 2012. 

“Canta la cólera, oh diosa, de Aquiles Pelida,
Cólera funesta, que causó incontables dolores a los aqueos

Y precipitó al Hades tantas almas valerosas

De héroes, a quienes convirtió en pasto de los perros

Y de las aves todas. Y se cumplía así la voluntad de Zeus.

Desde que por primera vez se enemistaron tras una disputa

El Atrida, soberano de hombres, y el divino Aquiles".

Fragmento de Iliada, de Homero
A los 9 años David Malouf descubrió la eternidad en un héroe. ¿Y dónde está el misterio de quien posee esa perpetuidad? La sola mención de su legendario nombre lo ilumina todo: Aquiles. Un hijo del tiempo que ha seducido a lectores y escritores que confirman que el mundo creado por Homero en Ilíada es un territorio que, aunque transitado muchas veces, cada nueva visita es como la primera. El penúltimo en volver a él ha sido David Malouf, uno de los escritores australianos más relevantes de la literatura contemporánea, que lo conoció siendo un niño en 1943, en medio de la Segunda Guerra Mundial que vivía Brisbane como cuartel general de la campaña del Pacífico del general MacArthur.
David Malouf.
Descubrir la eternidad del arquetipo de héroe guerrero cuando vivía una guerra de verdad lo ha acompañado siempre. Épica, dolor, nobleza, orgullo y humanidad que ha vivificado en la novela Rescate (Libros del Asteroide) para mostrar el corazón del ser humano. En esas páginas rinde homenaje a las historias, al arte de contar y al hechizo que nos atrapa. Allí cobra vida un Aquiles contado, cantado, escrito y pintado más allá que como el caudillo y héroe de los mirmidones que mató a Héctor y conquistó Troya; y más acá, más adentro, de su divina figura que acoge su verdadera y humana esencia. Si Homero se detiene en los últimos 51 días del último de los diez años de la guerra de Troya, David Malouf lo hace en el mismo palpitar de esa epopeya: el encuentro entre Aquiles y Príamo, padre de Héctor y rey de Troya. Una bella y emotiva recreación literaria asemillada de filosofía y profundo conocimiento de los secretos humanos y los pliegues de su sensibilidad.
Hijo de padre libanés cristiano y madre inglesa judía, Malouf (Brisbane, 1934) trata de descifrar, por correo electrónico, el intacto poder de atracción que aún ejerce Aquiles. Y si, con voz sonora y embaucadora, él escribe en Rescate lo no contado en Ilíada, aquí y ahora, cuenta lo no contado en Rescate
“Está en el comienzo de nuestra cultura literaria. La Ilíada es una serie de emociones ricas en detalles y complejidad desde varios puntos de vista. Ella es el punto de referencia para todas las obras que siguen desde los clásicos griegos, Cervantes, Lope de Vega, Shakespeare, Corneille y Racine hasta Tolstoi y los que vienen después. Lo que parece ser el trabajo y el honor de una cultura de guerra se convierte en lo contrario. Los protagonistas y los grandes héroes de Grecia estaban la mayoría del tiempo de mal humor en su tienda de campaña y no querían ser héroes, además de que eran indiferentes a la idea de que podían perder la guerra y sufrir con sus compañeros”.

El rapto o huida de Helena con Paris se convierte en Rescate en el pretexto para narrar la historia de Aquiles, Patroclo y Héctor, pero en una versión diferente: todas las palabras de Malouf van encaminadas a cumplir el destino de revelar lo no sabido del encuentro entre Aquiles y Príamo y, así, su escrito pasa como antorcha por el mundo homérico…
“Es el centro del poema, es la escena clásica de un drama, es otra clase de encuentro entre los antagonistas; es una batalla diferente. Aquiles es forzado a escoger entre ser un guerrero o ser un hombre como Príamo, un hombre que también sufre pérdidas. Y Príamo juega un rol especial, no solo como rey, sino que lo ve como el padre que quiere hacer el funeral del hijo. Príamo está muy viejo para hacer el último acto de su vida en el campo de batalla. Escoge actuar en privado, con coraje, y una vez fuera del código, recuerda qué es ser un hombre. He querido usar este punto de la escena del poema como una pieza que puede estar sola, pero antes voy creando a Aquiles y Priamo con suficientes detalles para que el lector moderno pueda ver de dónde vienen ellos.
"El viaje de Príamo al campo griego con Somax, como Sancho Panza, es un interludio cómico con diferentes recursos y estilos. Yo quiero, como todos escritores en el pasado, usar todos los recursos de forma que revele que ellos están vivos y cómo estos argumentos se reflejan en nosotros, y cómo nos vemos y cómo otros nos ven para dar forma a nuestros actos y continuar adelante”.
Él, David Malouf, venido de una infancia australiana cercada por los miedos y rumores de heroísmo de la Segunda Guerra Mundial, escribió su primera novela con tintes autobiográficos, Johnno (1975), y luego otras como El gran mundo (Libros del Asteroide) donde narra la relación de dos soldados en esa conflagración bélica, por la que obtuvo los premios Commonwealth y en Francia el Femina a la novela extranjera. Sabe lo que es capaz de hacer la guerra a las personas y no encuentra respuesta al por qué insisten en ella…


TOMADO DE www.elpais.com

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