lunes, 30 de enero de 2012

ENTREVISTA. La violencia no es natural*

Leonardo Bastida Aguilar

México DF, enero 30 de 2012.
Como parte de una serie de investigaciones en torno a la violencia masculina y su significación en entornos sumamente violentos como la guerra de Irak, de la cual ha dado avances en la serie de conferencias “Desertar en Irak. Masculinidades disidentes”, Matthew Gutmann reflexiona para Letra S sobre los altos índices de violencia masculina registrados en México. El catedrático de antropología en la Universidad de Brown y coordinador de Changing men and masculinities in Latin America, replantea la asociación común entre hombres y violencia.
En el contexto que se vive en México ¿qué valores en torno a la masculinidad se exacerban con los altos índices de violencia?
Para mí no hay valores inherentes masculinos, ni en México ni en otros países del mundo. Al contrario, siempre es importante entender, analizar (y casi siempre) tratar de cambiar las relaciones de género, la violencia de hombre contra hombre y hombre contra mujer (casi no existe la de mujer contra hombre, con excepciones en el caso de mujeres contra hombres de la tercera edad).
¿Por qué hay una mayor incidencia de muertes por violencia en los hombres?
Puede parecer extraño, pero quizá la cosa más importante es que la violencia masculina no tiene que ver con la biología, las hormonas, ni nada semejante. Los biólogos que han investigado la violencia han probado mediante diversos estudios que las mediciones “sobre la normalidad” de las personas no nos predicen quiénes van a ser violentos o no. Tampoco podemos explicar el problema por razones “culturales” sencillas. Las causas son políticas de poder y relaciones de género: en sociedades donde hay una impunidad de violencia masculina, hay más tendencia a la violencia por parte de los hombres.
¿Cuáles son los factores que permiten la impunidad de violencia masculina?
No hay un factor primordial. Los factores pueden ser los valores sociales, culturales, políticos, legales, las leyes, la educación escolar y familiar y los medios de comunicación, en los cuales hay una falta de programas exponiendo el problema de impunidad, y también, a veces, una celebración de la misma bajo la explicación absurda de “así somos los mexicanos”.
¿Qué representa para la sociedad este fenómeno?
Es un peligro. Mientras exista impunidad asociada a la violencia masculina, no hay posibilidad de una igualdad de condiciones de vivir para mujeres y hombres.
¿La violencia termina siendo un factor que define al hombre?
Define a algunos hombres y a otros no. Siempre (dentro de nuestras sociedades actuales) representa una potencialidad masculina, sea realizada o no.
¿La ausencia de violencia en un hombre puede causar estigma en su contra?
No necesariamente. Hay muchos hombres que son buenos padres y están orgullosos de serlo, hay hombres no violentos, ni física ni mentalmente, y no tienen problema. No se debe exagerar este supuesto estigma, pues se corre el peligro de fomentar más problemas y no de revelarlos y resolverlos.
¿Cómo es posible construir una identidad masculina sin la idea de violencia?
No es posible ni recomendable o saludable intentar construir una identidad sin la idea de violencia: hay que hablar explícitamente de la violencia en general, incluso en relación a los varones (y mujeres), las y los heteros, homos, transgéneros… Hay que construir las identidades de varones (y los demás) en relación con los problemas sociales, no tratar de evitar los lazos y hechos y retos existentes, reales y durables.
*Publicado en el número 186 del Suplemento Letra S del periódico La Jornada el jueves 5 de enero de 2012.


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