martes, 12 de junio de 2012

LIBERTAD DE EXPRESIÓN: Denuncian desaparición de reportera y su hijo

Stephania Rodríguez fue vista por última vez el 8 de junio
 
Por la Redacción
 
México, DF, 11 jun 12 (CIMAC).- Stephania Rodríguez Cardoso, reportera de la fuente policiaca de los periódicos Zócalo Saltillo y Calibre 57 en Coahuila, y desaparecida junto con su hijo de dos años el pasado 8 de junio, es la segunda mujer periodista desaparecida en este sexenio.
 
La primera reportera que desapareció en la gestión que está por concluir es María Esther Aguilar Casimbe, periodista del diario Cambio de Michoacán y de quien no se sabe nada desde el 11 de noviembre de 2009. El pasado viernes se sumó Stephania a la lista de comunicadores desaparecidos.
 
De acuerdo con información difundida por Zócalo Saltillo, la periodista fue vista por última vez durante una reunión con sus compañeros de trabajo, entre la noche del 7 y la madrugada del 8 de este mes. Al día siguiente no se presentó a trabajar.
 
Al no localizarla por teléfono, su familia fue a buscarla a su domicilio, pero ella y su hijo no se encontraban y en el lugar todo estaba revuelto. La cámara fotográfica de la comunicadora yacía destrozada en el suelo, según difundieron los medios locales.
 
La Procuraduría General de la República (PGR), a través de su delegación en Coahuila, informó que ya se inició la averiguación previa AP/PGR/COAH/SALT-V/224/D/2012 contra quienes resulten responsables por el delito de secuestro.
 
Además la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos Contra la Libertad de Expresión, dependiente de la PGR, ya tomó conocimiento del inicio de la indagatoria.
 
Cabe señalar que la desaparición ocurrió dos días después de que se informara que 16 congresos locales aprobaron la reforma al artículo 73 constitucional, con la que las autoridades federales podrán conocer y atraer los delitos cometidos contra la libertad de expresión.
 
VIOLENCIA CONTRA MUJERES PERIODISTAS
 
Según información del Programa de Libertad de Expresión de CIMAC, en los últimos tres años ocho mujeres periodistas fueron asesinadas, y además los casos de violencia y la forma en que ésta se perpetra va en aumento e intensidad.
 
Es así que de 2009 a 2011 se han registrado 80 agresiones contra comunicadoras, siendo 2010 el año más crítico para las periodistas. En lo que va de 2012 se han documentado más de 15 casos de distintos tipos de violencia contra informadoras, los cuales son  considerados en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
 
Entre los casos reportados están el asesinato el pasado 28 de abril de la corresponsal del semanario Proceso en Veracruz, Regina Martínez Pérez, mismo que aún no se esclarece; y ahora la desaparición de Stephania Rodríguez Cardoso.
 
El Programa de Libertad de Expresión de CIMAC detalla que se trata de mujeres generalmente reporteras activas laboralmente y cuya agresión o ataque repercute en el desarrollo de sus familias.
 
En el estado de Coahuila, de 2006 a la fecha, se han registrado al menos nueve ataques con explosivos y armas de fuego contra instalaciones de medios, y dos periodistas han sido asesinados, uno de ellos, Valentín Valdés Espinosa, también reportero de Zócalo Saltillo, encontrado muerto el 7 de enero de 2010.
 
La desaparición de Stephania se dio un día después del Día de la Libertad de Expresión y tuvo lugar, según Artículo 19, en una de las entidades de mayor peligro para el ejercicio periodístico. Tan sólo en 2006 desapareció Rafael Ortiz Martínez, reportero del mismo diario.
 
“DUELO INCONCLUSO”
 
Expertas en el tema de desaparición forzada, como Valeria Moscoso, psicóloga de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, explican que es una experiencia traumática personal, familiar y social con implicaciones graves.
 
Moscoso asegura que la desaparición representa impactos negativos en la vida de la familia, toda vez que ésta se enfoca en la búsqueda de su familiar y le representa costos emocionales, físicos y económicos.
 
El “duelo inconcluso”, abunda, es lo que lo diferencia de otras violaciones a los Derechos Humanos, y genera en la sociedad un clima permanente de “terror” que daña el tejido social.
 
Clemencia Correa, académica del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, explica que al no existir un victimario concreto, no hay un castigo social y esto repercute en el trauma psicosocial y frena procesos organizativos en la sociedad.
 
Organizaciones como Artículo 19, Cencos, la Red Nacional de Periodistas y la Fundación para la Libertad de Expresión, exigieron a las autoridades municipales, estatales y federales una investigación profunda y expedita para localizar a la reportera Stephania Rodríguez Cardoso y su hijo.
 
Asimismo pidieron a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos Contra la Libertad de Expresión que actúe de manera expedita, para ubicar y salvaguardar la vida e integridad de la periodista y su hijo.
 
12/AGM/YRM/RMB


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