sábado, 23 de enero de 2010

La elegancia del canto: Frederica von Stade

Se fue Jessye Norman y comenzó a llover y en ese estado nos arrulló, nos conmovió, nos divirtió, nos levantó el ánimo y nos quitó el frío de la ventisca, el encanto y –el canto- finísimo y melódico de Frederica von Stade.Esta dama es, en toda la extensión de la palabra, un hermosísimo espectáculo.
Por José Octavio Sosa.


Se trató de un viaje musical desde Franz Schubert, Gabriel Fauré, Georges Bizet, pasando por Giacomo Puccini, Ned Rorem, Daniel Schmitt, Richard Strauss y Francis Poulenc, hasta Louis Guglielmi y Edith Piaf, -en una conmovedora interpretación de “La Vie en Rose”; Aaron Copland


y Alberto Ginastera; de este último, su interpretación de “Arrorro” fue encantadora.


Deleitó, majestuosamente, en toda una gama de situaciones en los bloques del programa vocal que inició con ROSES, y continuó con PARIS, RELIGION, CHILDRENS, SHADY LADIES y MOI.
Dio vida a cada una de esas situaciones, haciéndonos evocar, razonar, gozar y reír; en donde admiramos, nuevamente, la versatilidad en esta artista que derrama en grandes cantidades, sencillez, refinamiento e inteligencia.

Una placentera velada músico vocal, en una gratísima segunda Noche de Gala del FAOT.
Como “encore” aplaudimos una de sus máximas creaciones: La Perichole, de Jacques Offenbach, opereta con la que se ha presentado en los más importantes escenarios del mundo.
Frederica von Stade, la querida Flicka es un regalo que se debe agradecer y que habremos de conservar en el más íntimo rincón de nuestros placenteros recuerdos.

P.S.
Frederica tuvo la descortesía de seguir cantando –Les Jardins de Paris-, en la primera parte del programa, mientras un vecino de la fila de atrás contestaba su teléfono celular.
Merecería otra reseña el pianista, Jake Heggie, consumado pianista y destacado compositor, que colaboró de manera contundente al éxito de este concierto.

Extraordinario, es poco: Jessye Norman inaugura el Festival Alfonso Ortiz Tirado, 2010

Extraordinario, es poco: Jessye Norman inaugura el Festival Dr. Alfonso Ortiz Tirado 2010. Conserva incólume su refinamiento, maestría en la interpretación, gentileza exquisita en cada una de sus frases...
Por José Octavio Sosa.


Deben de lamentar, y mucho, quienes no asistieron a la apertura del Festival Alfonso Ortiz Tirado en su edición 2010, no haber tenido el placer de escuchar, en la habitual transmisión de Radio Sonora, a la maravillosa soprano estadounidense Jessye Norman.
Ignoramos la razón que impidió que mucha gente, público de otras entidades, ciudades y municipios aledaños, gozara de este magistral recital en las ondas hertzianas.La sola presencia de este ícono fulgurante del arte lírico en Álamos debe ya significar una de las mayores satisfacciones para los organizadores del FAOT.El programa musical, compuesto prácticamente por musicales de Bernstein, Rodgers, Hammerstein, Gershwin y Arlen, resultaron ser como piezas nuevas, no escudadas antes, en la interpretación que de ellos hizo Jessye Norman, eran reinventadas por el gusto exquisito de su canto.No podían faltar los Spirituals “Ev’ry Time I Feel The Spirit” y “Another Man Done Gone”; en el que Mark Markham, extraordinario pianista, destacó también y no únicamente por su acompañamiento en el teclado durante el recital, sino por escoltar, a manera de percusión, “golpeando” la madera del piano acompasadamente, a la soprano en la última pieza de las mencionadas.Duke Ellington, el compositor fue asimismo maravillosamente cantado, honrado, por Jessye Norman en dos selecciones.Ciertamente la voz de esta artista no es la misma que escuchamos en su anterior visita a la ciudad de México en 2004; ha pasado un sexenio desde entonces, sin embargo, Jessye Norman, con sesenta y cuatro años de edad, conserva incólume su refinamiento, maestría en la interpretación, gentileza exquisita en cada una de sus frases y una voz, que ya quisiera alguna que otra “doncella” cantante, para un domingo de fiesta.Terminó la velada con la interpretación, de obsequio, de “Summertime”, de la ópera Porgy and Bess, de George Gershwin, de la que había cantado en la segunda parte del programa “My Man’s Gone Now”.Jessye Norman es ante todo, y lo será siempre, una artista suprema, consagrada.

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