Mario Alberto Reyes
Infografía documento relacionado: Carlos Fernández Moreno
Este trastorno hormonal ha alcanzado la
categoría de mito, tanto entre hombres como entre mujeres. Sin embargo,
la andropausia no se manifiesta de forma tan severa ni tampoco es tan
frecuente como la menopausia en las mujeres, además de que sus
consecuencias no son en modo alguno equiparables.
En el mítico filme Luces de la ciudad, Charles Chaplin dio vida a un vagabundo llamado Charlot, en tanto que en la premiada cinta El loco del pelo rojo,
el actor Anthony Quinn personificó al pintor Paul Gauguin. El intenso
brillo que ambos actores alcanzaron en la industria del cine no fue lo
único que los caracterizó; en su vida personal también se distinguieron
por ser padres, Chaplin a los 78 y Quinn a los 81 años de edad.
A diferencia de la mujer, a quien le es imposible
engendrar cuando alcanza el climaterio o menopausia, el hombre puede
hacerlo hasta edades avanzadas siempre y cuando mantenga niveles óptimos
de producción de testosterona, un andrógeno generado por los testículos
y necesario para el desarrollo óptimo de los espermatozoides.
Cuando la producción de testosterona disminuye,
generalmente a partir de los 40 años, aparece una sintomatología
conocida como andropausia, término que en opinión de Eusebio Rubio,
director de la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (Amssac), es
"desafortunado" para denominar a una condición clínica que afecta a
algunos varones.
"Si bien es algo que sucede con frecuencia, no
ocurre en todos los hombres, ni siquiera en la mayoría. Se trata de
cambios hormonales denominados con una palabra similar a la menopausia
que explica el fin de las menstruaciones; si traducimos textualmente,
andropausia quiere decir 'cese de la masculinidad', situación que
obviamente no pasa".
En charla con Letra S, el experto define a
la testosterona como una hormona muy importante para el mantenimiento
de funciones metabólicas generales y de las relacionadas con el apetito
sexual y la facilidad para excitarse y tener orgasmos.
Agrega que en el ámbito científico los niveles
óptimos de esta hormona por decilitro de sangre se calculan entre 300 y
mil nanogramos, por lo que cuando están por debajo de esta medida
aparecen síntomas no sólo de índole sexual, sino otros que tienen que
ver con la claridad de pensamiento y el nivel de energía de la persona.
Tratamiento, riesgos y mitos
Rubio Aurioles, quien también ha sido presidente de
la Asociación Mundial para la Salud Sexual, apunta que los expertos
para atender adecuadamente este padecimiento son los endocrinólogos,
especialistas en salud sexual, urólogos y andrólogos. Sobre el momento
en que los pacientes llegan a solicitar ayuda, agrega que ocurre cuando
"las mujeres les reclaman su deficiente desempeño sexual o los mandan a
volar".
Aunque los varones afectados por el Síndrome de
Testosterona Baja –nombre propuesto por el especialista para nombrar a
esta condición–, pueden vivir muchos años puesto que "no están en cama
ni desahuciados", lo más recomendable es solicitar ayuda, de lo
contrario, su calidad de vida disminuye –sobre todo la sexual debido a
la dificultad para mantener erecciones de calidad–, y son más propensos a
enfermarse y morir.
Cuando baja la testosterona y se manifiesta la
sintomatología, lo más recomendable es sustituirla artificialmente para
recuperar los niveles fisiológicos adecuados.
El director de la Amssac hace énfasis en la
importancia de que sea un experto quien realice el tratamiento, pues el
exceso de testosterona sintética, si bien aumenta el rendimiento, masa y
fuerza muscular, resistencia ósea y mejora el apetito sexual y la
distribución del peso corporal, también puede alterar la concentración
de glóbulos rojos en la sangre volviéndola mucho más espesa y poniendo
en riesgo a la persona, sobre todo si tiene hipertensión o
arterioesclerosis.
El tratamiento dura varios años, no quita la causa
del problema y si se deja de administrar, los niveles de testosterona
descienden nuevamente. En cambio, reduce los riesgos cardiovasculares,
de enfermedad prostática y de fracturas en personas mayores.
Anteriormente se pensaba que la testosterona
producía cáncer, ahora la ciencia ha descubierto que existen células
cancerosas susceptibles de crecer más en presencia de testosterona o
menos cuando no la hay. Incluso algunos tratamientos consideran la
"castración química" (supresión de la testosterona para eliminarla del
cuerpo) con el objetivo de que el cáncer "sufra y muera" más fácilmente.
Por último, Eusebio Rubio subraya la necesidad de
poner atención a los cambios del cuerpo y atenderlo "para que no se siga
descomponiendo", pero sobre todo, entender que a pesar de los
malestares en esta etapa de la vida, la masculinidad no se acaba.
*Publicado en el número 196 del Suplemento Letra S del periódico La Jornada el jueves 1 de noviembre de 2012