miércoles, 22 de octubre de 2008

Esta columna habla tambien sobre la reforma, es de Manuel Larios y tambien pueden leerla en el Dossier

El salón de plenos «Jesús García Corona» se transformó por un par de horas en un auténtico monumento al desmadre. Los gritos, aplausos, insultos y hasta connatos de bronca entre los «defensores de la vida» y «los asesinos de bebés» –o los «fascistas» y los «defensores de los derechos de las mujeres», según el cristal con que se mire- rompieron por completo con la armonía parlamentaria y generaron un encono innecesario entre sectores ciudadanos con diferentes ideologías.

Por Manuel Larios / Dossier Politico
Dia de publicación: 2008-10-22

El presidente en turno del Congreso, Rogelio Díaz Brown, recordará la sesión de este martes 21 de octubre por un largo tiempo.
Desde su lugar privilegiado al centro de la mesa directiva del legislativo, el diputado priísta solicitó respeto a la asamblea incontables ocasiones durante la lectura, discusión y aprobación del dictamen que modificó la Constitución local para «blindarla» contra futuros -aunque poco posibles- intentos para despenalizar el aborto, pero nadie lo peló.
Y ni cómo hacerlo, si el salón de plenos «Jesús García Corona» se transformó por un par de horas en un auténtico monumento al desmadre. Los gritos, aplausos, insultos y hasta connatos de bronca entre los «defensores de la vida» y «los asesinos de bebés» –o los «fascistas» y los «defensores de los derechos de las mujeres», según el cristal con que se mire- rompieron por completo con la armonía parlamentaria y generaron un encono innecesario entre sectores ciudadanos con diferentes ideologías.
La ausencia de un debate público y la abierta intolerancia entre unos y otros grupos, se puso en evidencia en el transcurso de la sesión plenaria del Congreso.
«Aborto» en comisiones
Apenas el lunes a mediodía, las comisiones de gobernación agendaron una reunión para autorizar un dictamen que adicionaría al primer artículo de la carta magna sonorense un apartado para que sea el Estado el encargado de tutelar «el derecho a la vida, al sustentar que desde el momento de la fecundación de un individuo, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural».
Pero las cuestiones técnicas y la presencia de sólo 3 diputados al encuentro de las comisiones unidas de gobernación, ocasionó que la discusión pública y abierta del dictamen se hiciera, tal y como pasó con la elección de los consejeros electorales hace un par de semanas, en un lugar desconocido y sin testigos.

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