Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección,que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual.
En una noche oscura
con ansias en amores inflamada,
¡oh, dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.
A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡oh, dichosa ventura!,
a oscuras y encelada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.
Aquesta me guïaba
más cierto que la luz de mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
¡Oh, noche que guiaste!,
¡Oh, noche amable más que la alborada!
¡Oh, noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire del almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.
Quédeme y olvídeme.
El rostro recliné sobre el Amado.
Cesó todo y déjeme
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
SAN JUAN DE LA CRUZ
Juan de Yepes Álvarez. Nació en Fontiveros, Avila, España, el 24 de junio de 1542, y falleció en Úbeda, el 14 de diciembre de 1591. Conocido como estudiante con el nombre de fray Juan de Santo Matía y más tarde como San Juan de la Cruz, fue un poeta místico y religioso español. Desde 1952 es el Patrono de los poetas en lengua española.
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