miércoles, 17 de marzo de 2010

Derriban casa antigua en Hermosillo, usual sabadazo


Por Claudio Escobosa Serrano
Tuesday, 16 de March de 2010




Ante la soledad de las calles y avenidas hermosillenses, debido al puente vacacional, por la “celebración anticipada” del natalicio de don Benito Juárez García, temprano, empezaron a llegar frente a mi domicilio varios dompes y un tractor tipo trascavo, acompañando a los choferes de éstos el propietario actual del inmueble y su corredor de bienes raíces.
Esta construcción con dirección Niños Héroes No. 97, estimo que databa de principios del siglo XX, construida por Don Francisco Salazar y doña Lolita Girón de Salazar, padres ellos del profesor Ernesto Salazar Girón ex director de Educación Pública y de su hermano Germán, entre otros destacados hermosillenses hijos del matrimonio.




Ante la indignación de algunos vecinos del antiguo barrio de la “Niños Héroes”, me acerqué al operador del tractor para cuestionarle sus intenciones, recibiendo como respuesta de que se iban a “echar” todo el edificio, y que si tenía dudas, me dirigiera al dueño del inmueble que estaba detrás de la misma (señalándomelo con cierto gusto y ansias de demolición). Me acerqué al dueño, (mismo que se dedica a la venta de “hot dogs” y que había adquirido hacía unos años al anterior propietario Don Germán Salazar Girón), y le hice saber que esta casa tenía un valor histórico en nuestra ciudad, a lo cual me respondió a través del corredor “que no servía para nada”. Le pregunté si tenía la intención de derribar el frontispicio de la misma, y sin hablar, giró su rostro negándolo, a su vez el corredor de apellido Valenzuela como interlocutor de aquel propietario mudo, afirmó que se tenían planes de dejar intacta la fachada de la antigua propiedad de los Salazar Girón.

Le comenté que algunas personas, vecinas de esta avenida, y algunas de ellas que han vivido en este viejo barrio desde pequeños, como es el caso de la familia Escobosa, Pasillas, Sáenz, Moreno y Nájera sentían que con este acto, les arrancaban un pedazo de su vida, y que en alguna ocasión se había acercado algún empleado del INAH, quizá para catalogarlo dentro del patrimonio cultural de Hermosillo, incluyendo la casa que había construido mi abuelo don José María Escobosa Romero y su esposa mi abuela doña María Gámez Lucero de Escobosa con el producto de su trabajo de comerciantes de naranja en los estados de Sonora y Sinaloa, a principios del siglo anterior, con número 91 y vecina del inmueble devastado totalmente, en la cual crecieron mi padre don Gilberto Escobosa Gámez, y sus hermanos Gloria, Jesús, Socorro, Elena, Marco Antonio y Víctor Manuel (este fallecido en 1932 debido a una infección de tétano, y amigo de la infancia del Sr. Germán Salazar Girón).

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