Por Lidia Cacho / Vanguardia
Dia de publicación: 2012-04-30
Regina Martínez era más bien tímida, siempre cargaba
su grabadora, una libreta con pluma negra y de vez en vez se acomodaba
los lentes como un tic cuando estaba muy concentrada en entrevista.
Durante años fue corresponsal de La Jornada en Veracruz y como todas las
reporteras y reporteros del País trabajaba también para medios locales
para poder subsistir. La última década, hasta antier, fue corresponsal
de la Revista Proceso. Hasta antier que apareció asesinada en su casa,
severamente golpeada. No quiero imaginarme cómo murió, espero que
podamos averiguarlo para conocer a los culpables. Regina no hubiera
imaginado nada, hubiese buscado la evidencia, las pistas, perseguido a
todas las fuentes para contrastar la información. Con discreción y ética
hubiese trabajado hasta hallar las piezas del rompecabezas que llevan a
la verdad. Así debemos hacerlo sus compañeras, sus compañeros
indignados frente a este asesinato.
Ya la
organización Artículo 19 reveló hace un mes que del año 2000 al 2011,
organizaciones criminales mataron violentamente a 77 periodistas. En
meses recientes estos grupos asesinaron a 15 reporteros y reporteras,
desaparecieron a tres y atacaron con armas de fuego o explosivos 19
centros de información mediática. Pero también supimos que una gran
parte de los ataques a periodistas los perpetran agentes del Estado:
gobernadores, alcaldes, policías y militares incómodos ante las
investigaciones periodísticas certeras. No podemos olvidar que éste es
el quinto asesinato de periodistas en Veracruz bajo el Gobierno de
Javier Duarte y que trece periodistas han salido de ese mismo estado por
amenazas de muerte y censura contralada por el propio Duarte (este es
el contexto). Ninguno de los asesinatos en esa entidad ha sido
esclarecido ni hay detenidos.
Las primeras
pistas para investigar su muerte deben, necesariamente, comenzar al leer
sus últimos reportajes y notas publicadas por la agencia de noticias
APRO, perteneciente a la revista Proceso. “Detienen en Veracruz a 9
policías vinculados con el narco” y “Capturan en Veracruz a la
‘Comandante Tere’ presunta jefa de sicarios”.
Aquí
debo acotar que mientras muchos reporteros simplemente transcribían los
informes policíacos sobre el narco, Regina investigaba, entrevistaba y,
sobre todo, documentaba esas entrevistas, es decir, hacía periodismo
como se debe y no como se puede, en un País que incita a no hacer
esfuerzos para no arriesgar la vida en esta profesión. Por respeto a
ella no debemos especular nada, sino ir a las historias que nos llevan
al final de su vida luego de más de veinte años de ejercer periodismo.
Y
sí hay solidaridad gremial y social, por eso varios, varias periodistas
seguimos con vida. Desde hace noventa años comenzaron a reunirse
escritores, escritoras, poetas y periodistas que decidieron utilizar su
pluma, su inspiración, su fama y su poder de incidir para proteger a
quienes en sus propios países y en remotos territorios vivían
persecución y encarcelamiento por ejercer su libertad de expresarse, por
escribir poesía que invitaba al disenso y a la crítica social. Cuando
esa agrupación, denominada PEN internacional comenzó a revelar no
solamente los encarcelamientos injustos sino las persecuciones de
Estado, torturas y asesinatos de periodistas, le siguieron otras
organizaciones civiles que se fueron especializando en proteger a
quienes desde la literatura, los medios, las redes sociales y el
periodismo evidencian actos de corrupción, injusticias, crímenes y
violaciones a los derechos humanos. El escritor John Ralston Saul,
presidente de PEN internacional propuso hace tiempo que en cada acto de
ese club se ponga una silla vacía en representación de las y los
periodistas asesinados y desaparecidos de México.
En
los últimos años, cada vez que he asistido a algún evento de PEN
internacional una silla vacía en el escenario nos recuerda la ausencia
por muerte, desaparición o encarcelamiento de alguien que, como
nosotras, simplemente ejerció su profesión sin quebrarse ni callarse.
Este lunes 30 de abril del 2012 la silla de Regina no estará vacía, nos
sentaremos en ella las reporteras y reporteros que la conocimos, hasta
saber quién la asesinó. Ella lo hubiera hecho por nosotras.
@lydiacachosi
www.lydiacacho.net
http://www.vanguardia.com.mx/lasillavaciaderegina-1277173-columna.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario