Por: Mikel López Iturriaga | 08 de mayo de 2012
WA|HH, la cazalla de los muy tecnoemocionales. / NICOLAS BUISSON
De los creadores del chocolate aspirable, la máquina para inhalar tartas y cócteles y el chute de cafeína en spray, llega ahora el aerosol para cogerte un pedo instantáneo. O más bien un micropedo, porque el WA|HH Quantum Sensation
sólo te proporciona la sensación de ligereza del alcohol durante unos
breves instantes. Después, dicen sus promotores, el efecto se pasa sin
dejar tras de sí resacas u otros efectos secundarios, "pero el gusto y
la memoria de una sensación intensa permanecen".
El producto, que se presentó la semana pasada en París, es un invento de David Edwards, responsable del centro de experimentación técnico-artístico-gastronómica Le Laboratoire.
Empeñado en abrir caminos inexplorados para la degustación, el
científico estadounidense afincado en Francia se ha aliado esta vez con Philippe Starck,
viejo conocido de los amantes del diseño y artífice del futurista
envase del pulverizador. "Una dosis y el impacto es inmediato, como una
alarma sensorial", dijo Starck en la presentación de su criatura.
Aunque lo parezca, el WA|HH no es una versión molecular y chic del tradicional popper, sino más bien el último juguete para los amantes de las virguerías tecnoemocionales. Su misión es ofrecer "sensaciones cuánticas", según me explica por mail Valérie Abrial, directora de comunicación de Le Laboratoire. "Con esto queremos decir sensaciones interesantes (olfativas, gustativas, etcétera) con mínimas cantidades de comida y bebida. El pulverizador te da cierta ligereza de cabeza casi sin alcohol, con una milésima parte de un chupito en cada inhalación. Su efecto está lejos de la ebriedad, y el placer que proporciona queda muy por debajo de esta. No te puedes emborrachar con WA|HH. Aunque te inhalaras todo el contenido del frasco, tomarías menos de dos mililitros de líquido".
Aunque lo parezca, el WA|HH no es una versión molecular y chic del tradicional popper, sino más bien el último juguete para los amantes de las virguerías tecnoemocionales. Su misión es ofrecer "sensaciones cuánticas", según me explica por mail Valérie Abrial, directora de comunicación de Le Laboratoire. "Con esto queremos decir sensaciones interesantes (olfativas, gustativas, etcétera) con mínimas cantidades de comida y bebida. El pulverizador te da cierta ligereza de cabeza casi sin alcohol, con una milésima parte de un chupito en cada inhalación. Su efecto está lejos de la ebriedad, y el placer que proporciona queda muy por debajo de esta. No te puedes emborrachar con WA|HH. Aunque te inhalaras todo el contenido del frasco, tomarías menos de dos mililitros de líquido".
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