viernes, 25 de mayo de 2012

Los periodistas también votan

La letra desobedienteBraulio Peralta





A los estudiantes

Es ética de algunos medios prohibir a reporteros dar a conocer su preferencia política. Gente que ha perdido su trabajo solo por mencionar el partido o candidato que votarán en las elecciones. Cuesta entender esa diplomacia que tiene mucho de hipócrita y de censura. No empata con la libertad de expresión, ni aquí ni en China.
Es eso que denominan “objetividad del periodista”. Cuando en la cruda realidad atacan abiertamente ideas que no promulgan. O bien, ocultan noticias que no les parece pertinente sacar a luz, porque no están en consonancia con su línea política, o de su propio medio. Es la otra censura —o autocensura—, la del colaborador frente a su medio de comunicación.
Hemos venido observado estas líneas de conducta de los medios, cuando el público, aprendiendo la libertad que otorgan las vías digitales empieza a discrepar de posturas rígidas, fuera del contexto moderno, que es mundial. Discrepan con las reglas que los medios se impusieron, del siglo XX, no del XXI. Hoy, a los ciudadanos demócratas les gusta reconocer a un periodista cerca de la izquierda, la derecha o el centro, y hasta a los francamente reaccionarios.
Los periodistas bien pensantes, los demócratas, los que creen en la vida plural con todas sus ramificaciones políticas y sociales son los más atractivos para los ciudadanos que quieren estar mejor informados. Dar la noticia y opinar sobre ella, hace la diferencia en todo. El éxito y el fracaso de los medios pende de estas nuevas formas de comunicación. Los ciudadanos informados exigen posición clara en lo que se difunde. Me temo que muchos medios aun no terminan por captar esta nueva dinámica.
Decía María Félix que ella se informaba de México de lo que se escribía en el extranjero. Es increíble que eso suceda aún en 2012. El universo se achicó con las nuevas tecnologías, para bien. No en balde la rebatiña por la televisión digital. Pero ojo: no importa quién gané la obtención de las redes, sino la información y su uso de cara a los lectores, veedores y gente con posición política, los que votan. La barbarie está quedando atrás y la civilización está aterrizando en nuestras conciencias. Por eso hay que aprender a decir sin empacho que, si los periodistas también votan, sepamos por quién lo hacen. Nos hará más creíbles. Yo, por lo pronto, voto izquierda.

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