Patricia Matey | Madrid
La prevención del suicidio debería ser una prioridad internacional.
En España, 10 personas se quitan la vida cada día. En el mundo, y según
datos de la OMS, cada 40 segundos se suicida una persona,
lo que convierte al suicidio en la primera causa de muerte violenta,
superando a los fallecimientos por guerras y homicidios juntos.
Un paso importante en el campo de la prevención, y un ejemplo a
seguir, es el que ha dado Reino Unido. Tal y como demuestra un estudio
dirigido por Navneet Kapur, del Centro de Prevención del Suicidio de la
Universidad de Manchester, los servicios de salud mental que han
implementado una serie de recomendaciones elaboradas
-equipos de crisis disponibles las 24 horas al día- hace una década han
logrado disminuir las cifras de personas que se quitan la vida.
José Giner Ubago, del departamento de la Universidad de Sevilla
reconoce a ELMUNDO.es la "elevada importancia de este artículo. El
suicidio es una de las principales causas de muerte en población joven,
pero no se están adoptando las medidas necesarias para su prevención.
Sin embargo, trabajos como éste demuestran que se pueden hacer cosas que
realmente son eficaces para evitarlos".
La mayoría de los que se quitan la vida tienen un trastorno
psiquiátrico. "Los servicios mentales podrían desempeñar una papel
importante en la reducción de casos... Nuestro objetivo era examinar la
relación entre los servicios de salud mental y las tasas de suicidio.
Nos centramos en las recomendaciones realizadas por el Instituto
Nacional de Investigación Confidencial para el Suicidio y las Personas
con Enfermedad Mental, un proyecto que tiene como objetivo monitorizar
el suicidio y, en última instancia, mejorar la calidad de atención de
salud mental en el Reino Unido", reconocen los investigadores en 'The Lancet'.
Los científicos recogieron y estudiaron los datos de suicidios de
personas en contacto con los servicios de salud mental en Reino Unido
desde 1997. Para ello se centraron en las cifras de aquellos que se
quitaron la vida entre 1997 y 2006 pertenecientes a 91
centros de salud mental. Asimismo se indagó si dichos centros habían
adoptado o no todas o algunas de las nueve medidas preventivas dadas.
Algunas de ellas son: eliminar cualquier objeto del centro de salud
mental (ventanas sin rejas, cortinas plegables) que puedan ayudar a
cometer un suicidio; establecer servicios comunitarios que incluyan
equipos que ofrecen apoyo intensivo para los enfermos mentales que son
difíciles de tratar en los centros tradicionales; introducir equipos de crisis disponibles las 24 horas al día que deben responder rápidamente ante una crisis de un paciente con enfermedad mental y así evitar la hospitalización.
Otras recomendaciones importantes son las que hacen referencia al
seguimiento de siete días de los pacientes dados de alta psiquiátrica, a
las políticas para los pacientes que no cumplen el tratamiento y al
entrenamiento de personal sanitario, por lo menos cada tres años, en el
manejo del riesgo de suicidio.
Resultados
El estudio muestra que los centros que aplicaban entre siete y nueve
de las recomendaciones tenían menores tasas de suicidio (nueve por cada
10.000 pacientes) que aquéllos que adoptaron seis o menos (11).
"La recomendación que produjo la mayor caída en las tasas de suicidio
fue la introducción de equipos de crisis de 24 horas", destacan los
investigadores. Otro dato aportado es la gran eficacia del seguimiento
de los enfermos dados de alta psiquiátrica.
"Estos hallazgos son muy importantes para la investigación sobre el
suicidio y los servicios de salud mental a nivel internacional. Ningún
otro estudio ha sido capaz de mostrar el impacto que las mejoras
específicas de los servicios de salud mental pueden tener sobre las
tasas de suicidio", reconocen los autores de la investigación que no
dudan en afirmar que "nuestros datos tienen importantes implicaciones
para los servicios de salud mental internacionales".
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