Fundación Tomás Eloy Martínez
1-
El único patrimonio del periodista es su buen nombre. Cada vez que se
firma un artículo insuficiente o infiel a la propia conciencia, se
pierde parte de ese patrimonio, o todo. Hay que defender ante los
editores el tiempo que cada quien necesita para escribir un buen texto y
el espacio que necesita dentro de la publicación.
2- Una foto
que sirve sólo como ilustración y no añade información alguna no
pertenece al periodismo. Las fotos no son un complemento, sino noticias
en sí mismas.
3- Hay que trabajar en equipo. Una redacción es un laboratorio en el que todos deben compartir sus hallazgos y sus fracasos.
4- No hay que escribir una sola palabra de la que no se esté seguro, ni
dar una sola información de la que no se tenga plena certeza.
5-Hay que trabajar con los archivos siempre a mano, verificando cada
dato y estableciendo con claridad el sentido de cada palabra que se
escribe.
6- Hay que evitar el riesgo de servir como vehículo de
los intereses de grupos públicos o privados. Un periodista que publica
todos los boletines de prensa que le dan, sin verificarlos, debería
cambiar de profesión y dedicarse a ser mensajero.
7- Hay que
usar siempre un lenguaje claro, conciso y transparente. Por lo general,
lo que se dice en diez palabras siempre se puede decir en nueve, o en
siete.
8- Encontrar el eje y la cabeza de una noticia no es tarea fácil. Tampoco lo es narrar una noticia.
9- Nunca hay que ponerse a narrar si no se está seguro de que se puede
hacer con claridad, eficacia, y pensando en el interés del lector más
que en el lucimiento propio.
10-Recordar siempre que el
periodismo es, ante todo, un acto de servicio. Es ponerse en el lugar
del otro, comprender lo otro. Y, a veces, ser otro.
3- Hay que trabajar en equipo. Una redacción es un laboratorio en el que todos deben compartir sus hallazgos y sus fracasos.
4- No hay que escribir una sola palabra de la que no se esté seguro, ni dar una sola información de la que no se tenga plena certeza.
5-Hay que trabajar con los archivos siempre a mano, verificando cada dato y estableciendo con claridad el sentido de cada palabra que se escribe.
6- Hay que evitar el riesgo de servir como vehículo de los intereses de grupos públicos o privados. Un periodista que publica todos los boletines de prensa que le dan, sin verificarlos, debería cambiar de profesión y dedicarse a ser mensajero.
7- Hay que usar siempre un lenguaje claro, conciso y transparente. Por lo general, lo que se dice en diez palabras siempre se puede decir en nueve, o en siete.
8- Encontrar el eje y la cabeza de una noticia no es tarea fácil. Tampoco lo es narrar una noticia.
9- Nunca hay que ponerse a narrar si no se está seguro de que se puede hacer con claridad, eficacia, y pensando en el interés del lector más que en el lucimiento propio.
10-Recordar siempre que el periodismo es, ante todo, un acto de servicio. Es ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, ser otro.
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