lunes, 22 de febrero de 2016

Honor a quien honor merece: Raquel Tibol

Raquel Tibol, decana de la crítica de arte en México
Fue respetada y temida por ser independiente y sin complacencias
Entregó su acervo, un millón de fojas y 20 mil libros, a la Fundación Slim
Como última voluntad pidió no tener funeral
Argentina de origen, Raquel Tibol se naturalizó mexicana en 1961
Foto José Antonio López

Merry MacMasters
Periódico La Jornada
Lunes 23 de febrero de 2015, p. 8
Temida por muchos y a la vez respetada, la decana de la crítica de arte en México, famosa por haber abofeteado al muralista David Alfaro Siqueiros y por haber vivido en casa de Frida Kahlo, Raquel Tibol, escritora, periodista, curadora, promotora cultural y autora de más de 40 libros, murió el 22 de febrero de 2016, debido a complicaciones derivadas de diversas enfermedades que la aquejaban. Tenía 91 años.
Raquel Tibol entregó su acervo a la Fundación Slim, el cual consta de alrededor de un millón de fojas y unos 20 mil libros. Todos los documentos abordan la historia del arte en México, principalmente.
Argentina de origen, cuyo nombre de pila era Raquel Rabinovich, radicaba en México desde 1953 y se naturalizó en 1961.
Doña Raquel fue y será siempre gran referente de la crítica de arte en México. Una leyenda que no se apaga. Polémica, íntegra, sin pelos en la lengua, independiente, nunca fue complaciente con nadie, ni estaba sujeta a amiguismos o a las instituciones; incluso llegó a decir que diariamente ganaba un enemigo nuevo. Aunque nunca perteneció a ningún partido político, siempre se dijo gente de izquierda. Manteníaposiciones más extremas incluso que los partidos.
Nacida el 14 de diciembre de 1923 en Basavilbaso, provincia de Entre Ríos, Argentina, Tibol estudió literatura en la Universidad de Buenos Aires. En 1950 publicó su único libro de cuentos, Comenzar es la esperanza, que tuvo faja de honor para primeros libros de la Sociedad Argentina de Escritores, que presidía Jorge Luis Borges. Su poesía también fue premiada.
Su círculo: gente avanzada
Aunque su idea era ser escritora, desde muy jovencita se interesó por el arte porque participaba en un círculo de amigos en que había pintores, músicos, novelistas, escultores, es decir, gente avanzada. Concurría a los talleres de los discípulos de los pintores Emilio Pettoruti y Lino Enea Spilimbergo. Como leía mucho sobre arte, se familiarizó con el de origen mexicano antes de pisar estas tierras.
Por necesidad se dedicó al arte: Salí de Argentina ya con mi hija (Nora) en febrero de 1952 y al llegar a Santiago de Chile tenía que trabajar. Mi preparación era suficiente como para dedicarme al periodismo cultural por escrito y en radio.
En Chile conoció al pintor Diego Rivera gracias a una entrevista que le encargó el suplemento del diario argentino La Prensa, y con el muralista llegó a México, ya que éste le pidió que lo acompañara para preparar el congreso de la cultura.
Mientras tanto, Tibol fue alojada en la Casa Azul de Frida Kahlo, en Coyoacán. Allí propuso que la pintora le dictara su biografía, idea que Kahlo aceptó con entusiasmo. No obstante, “una sobredosis de demerol que puso en riesgo la vida de aquel ‘venadito herido’ marchitó con sus complicadas consecuencias el proyecto”.
De todos modos fue la única entrevista de tipo biográfica, sistemática, publicada en marzo de 1954, antes de su muerte. A doña Raquel se le quedó una especie de tarea de por vida: terminar de entender ese mundo que resultaba tan extraño, tan diferente a lo que conocía desde el punto de vista de las convivencias, de lo humano, de la cultura acumulada, de los deseos, de los rechazos.
Con el tiempo, Tibol dedicaría varios libros a la esposa de Rivera: Frida Kahlo: crónica, testimonios y aproximaciones (1977); Frida Kahlo, una vida abierta(1983), cuya segunda edición, corregida y aumentada, fue publicada en 1998;Escritura de Frida Kahlo (1998) o Escrituras: Frida Kahlo (1999), y Frida Kahlo en su luz más íntima (2005).
El congreso no se hizo y Tibol se retiró de la familia Rivera/Kahlo. Sobre el motivo por el cual dejó la Casa Azul confió (La Jornada, 9/12/13): Un día, de pronto, Frida me incitó físicamente a una relación lésbica. Ese día me tuve que salir de ahí, porque Frida me iba a detestar por haberla rechazado. Pero todo eso me sirvió para aprender más de la vida.
Empezó a tocar puertas para seguir desarrollando lo que ya consideraba mi profesión, que era la de periodista. Tibol se interesó por el movimiento muralista mexicano, de gran peso en ese entonces. Empezó a publicar en los suplementosMéxico en la Cultura Diorama de la Cultura, en las revistas Mañana, Siempre yHoy, así como en el suplemento de El Nacional, donde había puerta abierta.
“Gustó lo suficiente el trabajo que hice en los medios, sobre todo en México en la Cultura, que me empezaron a pedir trabajos mayores. El primero que me solicitaron fue cuando el Taller de Gráfica Popular cumplió 20 años, en 1957. Llevaba pocos años en México, pero publicaba semana tras semana, dos o tres artículos cada ocho días”, expresó en su momento doña Raquel.
En 1957 se casó en segundas nupcias con el investigador Boris Rosen, con quien procreó a su hijo Simón. Sus testigos de boda fueron Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.
Su trabajo y capacidad intelectual crecían. Un proyecto novedoso y exitoso en el ámbito artístico fue el libro en tres tomos Historia general del arte mexicano(Editorial Hermes, 1964), cuya tercera parte, Época moderna y contemporánea, fue encargada a Tibol. Tuvo ediciones en varios idiomas, como inglés, alemán, italiano, francés, además de publicarse en libro de bolsillo, y la parte de doña Raquel tuvo vigencia durante 20 años.
Pero, ¿de quién más escribió la crítica de arte? La lista es larga. Destacan libros sobre Arturo Estrada, David Alfaro Siqueiros, Pedro Cervantes, Fernando González Gortázar, Diego Rivera, José Chávez Morado, Hermenegildo Bustos, José Guadalupe Posada, Luis Nishizawa, Feliciano Peña y José Clemente Orozco. Los artículos periodísticos y de revistas, los ensayos para catálogos y libro-catálogos, prólogos, epílogos y textos para libros colectivos le permitieron escribir de casi todo mundo.
Doña Raquel mantuvo una columna sobre artes visuales durante 24 años en la revista Proceso. El tibolazo de los lunes se convirtió en referencia indispensable. Mujer de gran integridad, se despidió del periodismo en marzo de 2000, con motivo de una operación quirúrgica que trajo complicaciones.
No sólo escribió de artes visuales y fotografía. En 1982 publicó Pasos en la danza mexicana. A principios de los años 60 del siglo pasado fue encargada de las relaciones públicas del Ballet Nacional de México, fundado y dirigido por Guillermina Bravo (1920-2013). Acompañó a la compañía en una gira a Cuba.
Multipremiada
En 1998 fue distinguida con el Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez. El 16 de noviembre de 2004 recibió un reconocimiento por su trascendente contribución a la crítica e historia del arte mexicano de la Universidad Nacional Autónoma de México. La Universidad Autónoma Metropolitana le confirió el doctorado honoris causa en 2007. Un año después se le entregó la medalla de oro que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes, y en 2010 el Premio al Mérito Cultural de la Feria Internacional del Libro del Zócalo. Su cumpleaños 90 fue celebrado con un acto el 11 de diciembre de 2013, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Otra faceta de Raquel Tibol era la de coleccionista. En 2007 el Museo Nacional de la Estampa montó la muestra Colección Raquel Tibol: Dibujo y gráfica, integrada por obras elegidas por la investigadora, dentro de un acervo más amplio. Uno de los criterios empleados fue reunir piezas que le habían sido obsequiadas por artistas, galeristas, instituciones, entre otros, por amistad o resultado de intercambio profesional.
Fuente: La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2015/02/23/cultura/a08n1cul

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