Por Sylvia Teresa Manríquez
Para quienes vienen después.
Ana atisba nerviosa
desde la banqueta de su casa hacia la calle por donde verá llegar a su hija. Le
preocupa el retraso porque anticipa el regaño enérgico de su pareja y padre de
la joven, como sucede cada vez que ella llega tarde.
Efectivamente la
joven tuvo que aguantar violencia verbal por parte de su propio padre, a pesar
de que explicó que no había podido comunicarse ya que su novio le quitó el
celular asegurando que ella solo lo usa para coquetear con otros hombres.
Ana y su hija forman
parte del 66% de mujeres que enfrentan
violencia en este país, según la ENDIREH 2016 (Encuesta Nacional sobre la
Dinámica de las Relaciones en los Hogares).
Si bien leer
encuestas es tedioso, son importantes porque nos dicen quienes somos y en el
caso de la ENDIREH, lo que sucede en nuestros hogares, en cuanto a violencia
padecida por mujeres.
La ENDIREH 2016 habla
sobre las relaciones de las mujeres con las personas que forman sus hogares,
centros de trabajo, escuelas y
comunidad, para detectar que tipo de violencia padecen.
Generalmente se
destacan las cifras globales, como el 66% que se menciona al inicio de este
texto. Sin embargo, el trabajo realizado en este estudio es amplio, hay algunas
cifras puntuales que vale la pena
mencionar.
En el apartado de
Violencia en mujeres de 60 años y más, se nos informa que apenas el 15% de las
mexicanas tiene 60 años o más. En los últimos doce meses el 17% sufrió algún
tipo de violencia, física, económica, patrimonial o emocional.
La mayoría de ellas,
el 70%, depende económicamente de otras personas, y cuidan a sus nietos,
nietas, sobrinos y sobrinas. El resto, 30%, ayudan o mantienen económicamente a
por lo menos una persona más. El 17%
tiene una enfermedad o discapacidad que no les permite desplazarse solas.
Significa que de
nuestras mujeres adultas mayores sólo la tercera parte son autosuficientes y
cuidan a otros integrantes de su familia.
Ser mujer en este
país es un factor de riesgo para padecer
violencia, más cuando se tienen muchos años de vida y no se pueden valer por sí
mismas.
La encuesta incluyó
preguntas sobre los sobre los roles que socialmente se espera ejerzan hombres y
mujeres.
La mitad de las
mujeres que trabajan opinan que
descuidan a sus hijas e hijos, aunque la encuesta no aclara a que se
debe ese descuido.
También indica que la
mayoría opina que son igual de responsables que los hombres de llevar dinero al
hogar.
Lo más importante es
como los resultados de la encuesta reflejan la presencia de violencia en todos
los ámbitos de nuestra vida, principalmente las mujeres y como la estamos
visibilizando.
Por ejemplo, el 90%
de las encuestadas no están de acuerdo en que las mujeres casadas deben tener
relaciones sexuales con su esposo siempre que él quiera.
Poco más de la mitad
está de acuerdo en que las mujeres deben tener derecho a salir solas por la
noche a divertirse y poco más de la tercera parte coincide en que no deben usar
escotes para evitar que las molesten los hombres.
Ana y su hija forman
parte del 10% de mujeres que son
víctimas de actos violentos por parte de algún integrante de su familia y del
44% sujetas a violencia de pareja.
La violencia se ha
generalizado en nuestro país, por eso es importante entender cifras que nos alertan de cómo y en
donde se ejerce.
Leer tanto dato duro
resulta cansado, si logró continuar con la lectura hasta este punto estoy
segura que le preocupa como hemos ido normalizando las situaciones violentas en
todos los ámbitos del quehacer humano, escolar, laboral, comunitaria, familiar,
de pareja y contra las mujeres.
La ENDIREH aporta
información que vale la pena entender, para tener la oportunidad de tramitar
espacios de vida sin violencia para nosotros y para quienes vienen después de
nosotros.
@SylviaT
sylvia283@hotmail.com
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