miércoles, 28 de enero de 2009

Durante su concierto en La Alameda en la Ciudad de los Portales, el grupo mexicano-argentino conquistó nuevos admiradores en el 25 Festival Dr. Alfons

Fuente: ISC.
Álamos, Sonora, México, 27 de enero de 2009.- Se denominan a sí mismos “cafón”, como se les decía despectivamente a los grupos de música popular en la Argentina de los años 40. Para Paté de fuà lo importante no es la clasificación de su música en un género determinado, sino la libertad de expresarse y ser escuchados.
“Nuestro estilo está basado en la música que escuchamos y las letras son anécdotas de historias que escucha Yayo que es quien hace las letras básicamente, no remiten a nada en particular”, explica el trompetista y director artístico del grupo Guillermo Perata.
Influenciado por la tradición de música antigua europea y sus clases de saxofón clásico, Guillermo inició en el 2005, junto a su paisano argentino Yayo González, una agrupación que buscaba crear su propio estilo musical entre los ritmos clásicos, populares y contemporáneos.
Del jazz, dixieland al bolero, tango y paso doble, el estilo de Paté de fuà es para Guillermo “una mezcla de toda la música que fui escuchando, la música popular, folclores de varios países”.
FuenEl grupo radicado en México, une en la nacionalidad de sus propios integrantes la cultura de ambos países aunque no de manera clara: “La verdad no sé qué hay de cada país, la música no sé si se refleja mucho ni a México ni a Argentina, es una mezcla de estilos de todo el mundo que había en ambos países en los 30 o 40”.
Como la diferencia de edad y estilos de cada uno de sus miembros, Paté de fuà se dirige a un público heterogéneo como el que aplaudió en su concierto en Sonora: “somos un grupo clasificación A”.
Aunque consideran que cada vez hay más foros para la música con propuestas originales o alternativas, el grupo considera que faltan aún más espacios como el FAOT para manifestar las diversas formas de hacer música.
“Un festival como estos es muy importante que existan, que puedan compartir escenario gente de ópera, o nosotros, y un trío de son huasteco, eso habla bien de un futuro musical en el país, no hay una cerrazón en un estilo sino que está abierto a todo tipo de música”, opina el contrabajo Jorge Luri Molina.
Entre los planes para este año de Guillermo Perata, Yayo González, Jorge Luri, Rodrigo Barbosa y Dan Mazor, se encuentra el lanzamiento en abril de su nuevo disco El tren de la alegría, tema con el que abrieron su concierto en FAOT 2009.
El martes 27 de enero se presentaron en la sede Hermosillo, a las 19:00 horas en la Plaza Alonso Vidal.

Paté de Fuá: nostalgia inteligente y música de corazón
Texto Carlos Sánchez / foto Juan Casanova
Hermosillo, Sonora.- La plaza Alonso Vidal es un mar de concreto. Paté de Fuá una balsa en la que viaja el ritmo: lúdica propuesta de nostalgia y corazón.
Estos músicos con raíces argentinas, se presentan para cumplir el contrato con el Festival Alfonso Ortiz Tirado, y en ese tiempo nocturno de martes hay la urbanidad en las letras y un toque melancólico en la acordeón que suena como bandoneón.
El contexto es festivo; hay locales comerciales bajo estructuras metálicas y lonas que ofertan souvenirs hechos a mano, cóctel de elote, duros de harina, champurro de galleta.
En ese mar de concreto y desde esa balsa de ritmo lúdico nostálgico el vocalista y guitarra, Yayo González, narra en versos la historia de un trío amoroso entre un hombre, una mujer y un super mercado. En la calle donde el hombre vivió, en el hogar de la dama amada un Walmart se entromete en la relación.
Hay en la interpretación de esta canción un tono de aquellas canciones del cine de Chaplins. Hay sucediendo a esta historia, el drama de un tango sugerido al narrar la historia de don Serafín, ese músico perseverante que sólo cantó una canción en toda su vida.
La vigencia del vals interpretado por don Serafín encuentra el deceso ante la falta de respiración del músico. Morir juntos es sólo consecuencia.
Las historias fluyendo tienen vida y corazón, un viento apacible como música saliendo de la creación de Yayo González, el compositor, cantante, coordinador de los Patés.
Hay en esta banda la trompeta como un pincel adornando las estrofas. Llega indispensable y como remo en la balsa, el contrabajo. La nostalgia es de rigor si se habla de la acordeón haciendo bandoneón. Infaltable la batería para el estruendo paradójicamente apacible; son los timbales un gesto de caricias entre las notas. El timón radica en la guitarra y es la decisión de aferrarse en ella para llegar a buen puerto.
En Hermosillo, y como sub sede, hay un público que si bien no se puede catalogar de melómano, dice presente en estos conciertos que llegan como pausa y respiro para esas ráfagas constantes de música fútil que despliegan como consigna de no formar públicos, en las radios comerciales. Bendito FAOT.

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