lunes, 11 de mayo de 2009

"Ahumada dixit, ¿y?" Escribe Braulio Peralta






2009-05-11•Tendencias


Somos el país de la declaracionitis. Cualquiera puede decir lo que sea, prometer, intimidar, robar o faltar a la Constitución y da igual. Las leyes en México son laxas especialmente para los que tienen mucho poder y dinero para dar y comprar conciencias.
Un libro conmociona a los medios de comunicación los últimos días por las incendiarias declaraciones por escrito del autor contra dos expresidentes de México, un excandidato a la presidencia de la República en 2006, un famosísimo abogado de políticos y empresarios, un alto dirigente de la televisión comercial y muchos más a quienes acusa de dolo o traición, y permanecer mil 131 días en prisión sin que se le comprobara nada, porque ahora está libre y de regreso con un libro que solo ha sido, hasta hoy, mediático pero que no ha provocado investigaciones exhaustivas de lo que ahí se denuncia.
Es el libro político más escandaloso que se ha podido escribir en los últimos años. Porque por primera vez un empresario, el autor, habla, con ejemplos, de las formas de financiación a los partidos políticos, a los políticos y a todos aquellos que desean promocionarse para un cargo público con el dinero de otros. Al menos el tema de la financiación por parte de los empresarios es para promover cambios, regular las leyes de México sobre estas formas de corrupción en el sistema político mexicano.
Las acusaciones contra esos personajes en el libro son de tal magnitud que si dicen simplemente que no son verdad o que habla por resentimiento no sería razón suficiente como para que las autoridades no abrieran una investigación judicial al respecto. ¿Por qué los agraviados en el libro no demandan al autor si es verdad que éste miente? ¿Cómo es posible que se hable de una deuda de más de 400 millones de pesos y las autoridades no pongan un foco de atención a investigar una situación de esta naturaleza? ¿Quién miente: el autor o los denunciados? ¿Es posible que a dos expresidentes se les acuse de esa manera y no digan una palabra sobre el libro, que no levanten una demanda por, al menos, difamación?
Un asunto vital es la violación de derechos humanos que hizo Cuba contra ese autor, cuando lo detuvieron en La Habana. Vergonzoso que el presidente Fox no movió un dedo por ese mexicano nacionalizado. ¿Será posible que ninguna Comisión de Derechos Humanos diga una sola palabra al respecto?
¡Léanlo!
braulio.peralta@milenio.com

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