jueves, 19 de abril de 2012

OCTAVIO PAZ


Poeta y ensayista mexicano nacido en Mixcoac, Ciudad de México, el 31 de marzo de 1914.
Es un poeta de todas las horas. Prevalece en sus poemas la madurez del día, madurez gozosa que se identifica con el encuentro y el abrazo nupcial de la pareja. Paz, es el poeta de las nupcias: en sus textos líricos copulan el cielo y la tierra, el hombre y la mujer, los animales, los astros, las plantas, las palabras, y copulan alegre y satisfactoriamente. A través del amor y el erotismo, Paz descubre y puebla un mundo en el que el hombre y la mujer luchan, se despedazan y surgen nuevamente de sus cenizas. En 1990 obtuvo el Premio Nobel de Literatura como reconocimiento por su obra. Entre sus libros más destacados, se encuentran «El Laberinto de la Soledad», «El Arco y la Lira», «Águila o Sol» y «Libertad bajo Palabra». Falleció en la Ciudad de México el 19 de abril de 1998.



A través

Doblo la página del día, escribo lo que me dicta
el movimiento de tus pestañas.

*

Mis manos
abren las cortinas de tu ser
te visten con otra desnudez
descubren los cuerpos de tu cuerpo
Mis manos
inventan otro cuerpo a tu cuerpo.

*

Entro en ti,
veracidad de la tiniebla.
Quiero las evidencias de lo oscuro,

beber el vino negro:
toma mis ojos y reviéntalos.

*

Una gota de noche
sobre la punta de tus senos:
enigmas del clavel.

*

Al cerrar los ojos
los abro dentro de tus ojos.

*

En su lecho granate
siempre está despierta
y húmeda tu lengua.

*

Hay fuentes
en el jardín de tus arterias.

*

Con una máscara de sangre

atravieso tu pensamiento en blanco:

desmemoria me guía

hacia el reverso de la vida.



Toca mi piel, de barro, de diamante...

Toca mi piel, de barro, de diamante,
oye mi voz en fuentes subterráneas,
mira mi boca en esa lluvia oscura,
mi sexo en esa brusca sacudida

con que desnuda el aire los jardines.

Toca tu desnudez en la del agua,
desnúdate de ti, llueve en ti misma,
mira tus piernas como dos arroyos,
mira tu cuerpo como un largo río,
son dos islas gemelas tus dos pechos,

en la noche tu sexo es una estrella,
alba, luz rosa entre dos mundos ciegos,
mar profundo que duerme entre dos mares.

Mira el poder del mundo:
reconócete ya, al reconocerme.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Entrada destacada

 Poesía Palabras para descifrar el laberinto del silencio.  Sylvia Manríquez