jueves, 17 de mayo de 2012

El secreto de Aquiles



  • David Malouf reescribe en 'Rescate', de manera extraordinaria, el encuentro entre Aquiles y Priamo

  • El autor australiano visita la 'Iliada', de Homero, para tratar de desvelar lo no contado por el poeta

Winston Manrique Sabogal. Madrid. 15 de mayo de 2012. 

“Canta la cólera, oh diosa, de Aquiles Pelida,
Cólera funesta, que causó incontables dolores a los aqueos

Y precipitó al Hades tantas almas valerosas

De héroes, a quienes convirtió en pasto de los perros

Y de las aves todas. Y se cumplía así la voluntad de Zeus.

Desde que por primera vez se enemistaron tras una disputa

El Atrida, soberano de hombres, y el divino Aquiles".

Fragmento de Iliada, de Homero
A los 9 años David Malouf descubrió la eternidad en un héroe. ¿Y dónde está el misterio de quien posee esa perpetuidad? La sola mención de su legendario nombre lo ilumina todo: Aquiles. Un hijo del tiempo que ha seducido a lectores y escritores que confirman que el mundo creado por Homero en Ilíada es un territorio que, aunque transitado muchas veces, cada nueva visita es como la primera. El penúltimo en volver a él ha sido David Malouf, uno de los escritores australianos más relevantes de la literatura contemporánea, que lo conoció siendo un niño en 1943, en medio de la Segunda Guerra Mundial que vivía Brisbane como cuartel general de la campaña del Pacífico del general MacArthur.
David Malouf.
Descubrir la eternidad del arquetipo de héroe guerrero cuando vivía una guerra de verdad lo ha acompañado siempre. Épica, dolor, nobleza, orgullo y humanidad que ha vivificado en la novela Rescate (Libros del Asteroide) para mostrar el corazón del ser humano. En esas páginas rinde homenaje a las historias, al arte de contar y al hechizo que nos atrapa. Allí cobra vida un Aquiles contado, cantado, escrito y pintado más allá que como el caudillo y héroe de los mirmidones que mató a Héctor y conquistó Troya; y más acá, más adentro, de su divina figura que acoge su verdadera y humana esencia. Si Homero se detiene en los últimos 51 días del último de los diez años de la guerra de Troya, David Malouf lo hace en el mismo palpitar de esa epopeya: el encuentro entre Aquiles y Príamo, padre de Héctor y rey de Troya. Una bella y emotiva recreación literaria asemillada de filosofía y profundo conocimiento de los secretos humanos y los pliegues de su sensibilidad.
Hijo de padre libanés cristiano y madre inglesa judía, Malouf (Brisbane, 1934) trata de descifrar, por correo electrónico, el intacto poder de atracción que aún ejerce Aquiles. Y si, con voz sonora y embaucadora, él escribe en Rescate lo no contado en Ilíada, aquí y ahora, cuenta lo no contado en Rescate
“Está en el comienzo de nuestra cultura literaria. La Ilíada es una serie de emociones ricas en detalles y complejidad desde varios puntos de vista. Ella es el punto de referencia para todas las obras que siguen desde los clásicos griegos, Cervantes, Lope de Vega, Shakespeare, Corneille y Racine hasta Tolstoi y los que vienen después. Lo que parece ser el trabajo y el honor de una cultura de guerra se convierte en lo contrario. Los protagonistas y los grandes héroes de Grecia estaban la mayoría del tiempo de mal humor en su tienda de campaña y no querían ser héroes, además de que eran indiferentes a la idea de que podían perder la guerra y sufrir con sus compañeros”.

El rapto o huida de Helena con Paris se convierte en Rescate en el pretexto para narrar la historia de Aquiles, Patroclo y Héctor, pero en una versión diferente: todas las palabras de Malouf van encaminadas a cumplir el destino de revelar lo no sabido del encuentro entre Aquiles y Príamo y, así, su escrito pasa como antorcha por el mundo homérico…
“Es el centro del poema, es la escena clásica de un drama, es otra clase de encuentro entre los antagonistas; es una batalla diferente. Aquiles es forzado a escoger entre ser un guerrero o ser un hombre como Príamo, un hombre que también sufre pérdidas. Y Príamo juega un rol especial, no solo como rey, sino que lo ve como el padre que quiere hacer el funeral del hijo. Príamo está muy viejo para hacer el último acto de su vida en el campo de batalla. Escoge actuar en privado, con coraje, y una vez fuera del código, recuerda qué es ser un hombre. He querido usar este punto de la escena del poema como una pieza que puede estar sola, pero antes voy creando a Aquiles y Priamo con suficientes detalles para que el lector moderno pueda ver de dónde vienen ellos.
"El viaje de Príamo al campo griego con Somax, como Sancho Panza, es un interludio cómico con diferentes recursos y estilos. Yo quiero, como todos escritores en el pasado, usar todos los recursos de forma que revele que ellos están vivos y cómo estos argumentos se reflejan en nosotros, y cómo nos vemos y cómo otros nos ven para dar forma a nuestros actos y continuar adelante”.
Él, David Malouf, venido de una infancia australiana cercada por los miedos y rumores de heroísmo de la Segunda Guerra Mundial, escribió su primera novela con tintes autobiográficos, Johnno (1975), y luego otras como El gran mundo (Libros del Asteroide) donde narra la relación de dos soldados en esa conflagración bélica, por la que obtuvo los premios Commonwealth y en Francia el Femina a la novela extranjera. Sabe lo que es capaz de hacer la guerra a las personas y no encuentra respuesta al por qué insisten en ella…


TOMADO DE www.elpais.com

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