La letra desobedienteBraulio Peralta
2012-07-02
Instrucciones para sobrevivir en México después de las elecciones (escrito antes de saber quién es el ganador).
1. Si el voto duro imperó, y tu candidato ganó, sabes lo que tienes que hacer: cobrar lo que te prometieron, sea nueva contratación, reubicación de puesto, aumento salarial, incorporación de un familiar a la nómina, las prebendas con las que te vendiste para que ganara tu elegido. Cobra, no importa lo que pienses en lo personal, impera lo que negociaste para que México no cambie y puedas seguir gozando los privilegios en contra de los 52 millones de pobres. Eso no vale nada frente a tus intereses individuales. Es el voto del corrupto, del pragmático, el resignado, el agremiado sin ideales, gente por la que este país no progresa.
2. Si ganaste por tus creencias y valores sin esperar nada más que un cambio en México, te recomiendo armarte de valor todos estos días porque te esperan seis largos años para insistir en tu congruencia política. Es muy probable que todo lo que soñaste con el cambio no se realice como quisieras. No te desilusiones, debes esforzarte por el rumbo que tomará la política estos seis años. Sé crítico de tu ganador. No seas su fan, es un error porque te desilusionarás. La palabra pensada antes que la emoción desbordada. Es bueno que estés feliz pero acuérdate que la felicidad no puede durar seis años. Lo que falte por hacer es parte de tu sueño. No te rindas. Eso sí, olvídate ya de la violencia como posibilidad de cambio. No es verdad. La historia es muy clara con ese dilema, al menos en nuestro país. La revolución es democrática, o no será. Insiste en las redes sociales, en los 132, busca renovarte. Lo peor está por venir.
3. Para los que tienen más experiencia en votar saben que un presidente no es la panacea. Gente con callo que sabe acomodarse a los vaivenes del país. Generaciones que vienen de la revolución mexicana, el movimiento cristero, los movimientos magisteriales, campesinos y populares donde el corporativismo, sea de la ideología que fuere, tiene asegurado su puesto. Ellos no necesitan de ninguna recomendación (ni los ricos o intelectuales orgánicos). Más bien nosotros deberíamos buscar a este tipo de personas. Son muy útiles en todo cambio sexenal.
Ojo: si perdiste en cualquiera de los incisos uno y dos, vete a rezar junto con los ganadores porque todo seguirá igual.
1. Si el voto duro imperó, y tu candidato ganó, sabes lo que tienes que hacer: cobrar lo que te prometieron, sea nueva contratación, reubicación de puesto, aumento salarial, incorporación de un familiar a la nómina, las prebendas con las que te vendiste para que ganara tu elegido. Cobra, no importa lo que pienses en lo personal, impera lo que negociaste para que México no cambie y puedas seguir gozando los privilegios en contra de los 52 millones de pobres. Eso no vale nada frente a tus intereses individuales. Es el voto del corrupto, del pragmático, el resignado, el agremiado sin ideales, gente por la que este país no progresa.
2. Si ganaste por tus creencias y valores sin esperar nada más que un cambio en México, te recomiendo armarte de valor todos estos días porque te esperan seis largos años para insistir en tu congruencia política. Es muy probable que todo lo que soñaste con el cambio no se realice como quisieras. No te desilusiones, debes esforzarte por el rumbo que tomará la política estos seis años. Sé crítico de tu ganador. No seas su fan, es un error porque te desilusionarás. La palabra pensada antes que la emoción desbordada. Es bueno que estés feliz pero acuérdate que la felicidad no puede durar seis años. Lo que falte por hacer es parte de tu sueño. No te rindas. Eso sí, olvídate ya de la violencia como posibilidad de cambio. No es verdad. La historia es muy clara con ese dilema, al menos en nuestro país. La revolución es democrática, o no será. Insiste en las redes sociales, en los 132, busca renovarte. Lo peor está por venir.
3. Para los que tienen más experiencia en votar saben que un presidente no es la panacea. Gente con callo que sabe acomodarse a los vaivenes del país. Generaciones que vienen de la revolución mexicana, el movimiento cristero, los movimientos magisteriales, campesinos y populares donde el corporativismo, sea de la ideología que fuere, tiene asegurado su puesto. Ellos no necesitan de ninguna recomendación (ni los ricos o intelectuales orgánicos). Más bien nosotros deberíamos buscar a este tipo de personas. Son muy útiles en todo cambio sexenal.
Ojo: si perdiste en cualquiera de los incisos uno y dos, vete a rezar junto con los ganadores porque todo seguirá igual.
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