Extracto
de "La
insoportable levedad del ser"
- El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque
vive una sola vida y no tiene modo de compararla
con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus
vidas posteriores...El hombre lo vive todo a la
primera y sin preparación...Lo que sólo ocurre una
vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre
sólo puede vivir una vida es como si no viviera
en absoluto.
-
"Quiero que seas débil. Quiero que seas tan débil
como yo".
-
...el conflicto, el drama, la tragedia, no significan
absolutamente nada, no representan valor alguno,
nada que merezca respeto o admiración.
-
En cuanto hay alguien que observa nuestra actuación,
nos adaptamos, queriendo o sin querer, a los ojos
que nos miran.
-
Y es que las preguntas verdaderamente serias son
aquéllas que pueden ser formuladas hasta por un
niño. Sólo las preguntas más ingenuas son verdaderamente
serias. Son preguntas que no tienen respuesta. Una
pregunta que no tiene respuesta es una barrera que
no puede atravesarse.
...
-
La gente, en su mayoría, huye de sus penas hacia
el futuro. Se imaginan, en el correr del tiempo,
una línea más allá de la cual sus penas actuales
dejarán de existir
-
¡Qué indefenso está el hombre ante los elogios!...Pero
no sólo por vanidad, más que nada por falta de experiencia
-
Nunca seremos capaces de establecer con seguridad
en qué medida nuestras relaciones con los demás
son producto de nuestros sentimientos, de nuestro
amor, de nuestro desamor, bondad o maldad, y hasta
qué punto son el resultado de la relación de fuerzas
existentes entre ellos y nosotros. La verdadera
bondad del hombre sólo puede manifestarse con absoluta
limpieza y libertad en relación con quien no representa
fuerza alguna...en su relación con aquellos que
están a su merced: los animales
-
¿me ama?, ¿ha amado a alguien más que a mí?, ¿me
ama más de lo que yo le amo a él? Es posible que
todas estas preguntas que inquieren acerca del amor,
que lo miden, lo analizan, lo investigan, lo interrogan,
también lo destruyan antes de que pueda germinar.
Es posible que no seamos capaces de amar precisamente
porque deseamos ser amados, porque queremos que
el otro nos dé algo (amor), en vez de aproximarnos
a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia
-
El tiempo humano no da vueltas en redondo sino que
sigue una trayectoria recta. Ese es el motivo por
el cual el hombre no puede ser feliz, porque la
felicidad es el deseo de repetir. Sí, la felicidad
es el deseo de repetir
-
¡Ay, qué terrible, en realidad, soñamos por adelantado
con la muerte de aquellos a quienes amamos!
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