Gloria Gervitz nació en la ciudad de México el
29 de marzo de 1943. Es poeta y traductora. Ha dirigido talleres de
poesía en Campeche y en Chetumal. Ha traducido obra de Kenneth Rexroth,
Samuel Beckett, Susan Howe y Rita Dove. Ha colaborado en Casa del
Tiempo, Diálogos, Discurso Literario, El Cuento, El Zaguán, Krisis, La
Brújula en el Bolsillo, La Jornada Semanal, La Vida Literaria, RI,
Revista Universidad de México, Siempre!, y Vuelta. Fue
becaria del FONCA en 1993 y del Fideicomiso para la Cultura
México-Estados Unidos en 1995. Obtuvo el Premio Fernando Jeno en 1986. (N. del E. Con información del INBA.)
Pythia
I
Todavía estoy dentro de la luz
Pero eres tú la que ha de decirme
Tú la palabra vacía la que guarda el nombre
Desbordada luz
en la confluencia de los sueños
anegándose en el corazón
Absuelta luz
en la extensión del instante
Luz sola sin más
Desasida
Mínima en su raíz
Quebrada luz áspera
Detenida en su grito
Temblando entre las manos
II
Y dije tu nombre
Y el lugar era de aire
Y la palabra
la presa
en la desolación de la fe
Y la palabra cierva
en la amplitud del silencio
se desploma
dócil en su infinita contradicción
en su misericordia
Y el corazón se cierra
Y el corazón se abre
Deslumbrado
III
Quietísima la luz
apenas polvo
¿Eres tú la que habita el nombre?
¿Tú la que irrumpes?
El peso de la Pythia
en la conciencia
Balbuceando
me cierno en círculos como un halcón
Segada luz
en su deslumbramiento
IV
Flujo y reflujo de los años vestales
Aquí adentro la luz se derrama
Y la palabra cruza el umbral
Y me llené la boca de tierra
para callar a las palabras
I
Todavía estoy dentro de la luz
Pero eres tú la que ha de decirme
Tú la palabra vacía la que guarda el nombre
Desbordada luz
en la confluencia de los sueños
anegándose en el corazón
Absuelta luz
en la extensión del instante
Luz sola sin más
Desasida
Mínima en su raíz
Quebrada luz áspera
Detenida en su grito
Temblando entre las manos
II
Y dije tu nombre
Y el lugar era de aire
Y la palabra
la presa
en la desolación de la fe
Y la palabra cierva
en la amplitud del silencio
se desploma
dócil en su infinita contradicción
en su misericordia
Y el corazón se cierra
Y el corazón se abre
Deslumbrado
III
Quietísima la luz
apenas polvo
¿Eres tú la que habita el nombre?
¿Tú la que irrumpes?
El peso de la Pythia
en la conciencia
Balbuceando
me cierno en círculos como un halcón
Segada luz
en su deslumbramiento
IV
Flujo y reflujo de los años vestales
Aquí adentro la luz se derrama
Y la palabra cruza el umbral
Y me llené la boca de tierra
para callar a las palabras
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