La letra desobediente
Braulio Peralta
Braulio Peralta
La entrevista de Carmen Lira a Fidel Castro dio la vuelta al mundo, no por las repeticiones que sobre política dice el dictador de la isla de Cuba sino por asumirse como responsable de las vejaciones de que han sido objeto los homosexuales en esa nación. Claro, hasta ahora nadie le puede tocar un dedo al hombre que Reinaldo Arenas responsabiliza de su muerte, al escribir en Antes que anochezca:
“Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando. Ninguna de las personas que me rodea está comprometida con esta decisión. Sólo hay un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país.”
Sorprende la periodista cuando le dice a Castro que “todo el encanto de la Revolución cubana… se fue al caño por causa de la persecución a homosexuales en Cuba”. (Sorprende porque sabemos de su fervor al castrismo, que se reafirma al leer detenidamente la entrevista en La jornada del 31 de agosto). Como igual conocemos la historia del dictador en relación a los homosexuales: a reeducarlos en los campos de trabajo militar-agrícola. Castro declara:
“Si alguien es responsable, soy yo”. Pero se justifica porque “teníamos tantos y tan terribles problemas, problemas de vida o muerte, ¿sabes?, que no le prestamos suficiente atención”. Claro que no. Al fin que la izquierda autoritaria se lo perdona y por eso nadie quiere recordar las arbitrariedades y encarcelamientos a escritores y artistas, porque el dictadorzuelo andaba con muchas preocupaciones, entre otras “la guerra con los yanquis”. El viejito que hoy reconoce su responsabilidad sin pasar por juicio alguno.
Escribe Reinaldo Arenas en el poema “Voluntad de vivir manifestándome”:
“Me han sepultado./Han danzado sobre mí./Han apisonado bien el suelo./Se han ido, se han ido dejándome bien muerto y enterrado./Éste es mi momento.”
Curioso: los que olvidan la historia ensalzan las nuevas políticas del régimen cubano al “aceptar” la homosexualidad. Y se publique apenas un libro de Reinaldo Arenas, hasta ahora prohibido en La Habana. Chevere. Un régimen, el castrista, que de dictadura se disfraza de democracia y se lava las manos sin pasar por el juicio a las violaciones contra los derechos humanos.
¡Salud!
braulio.peralta@milenio.com
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